Entre el cielo y el mar [JimxAriel]

CAPÍTULO XXXIV: REINA DE LAS TORMENTAS (PARTE II)

Tema musical del capítulo: "Ursula's Defeat" - The Little Mermaid: The Legacy Collection Original Soundtrack.

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Sebastián permanecía inquieto en el hombro del Rey Tritón, quién esperaba impacientemente noticias sobre Úrsula; envió a varios de sus soldados a patrullar los arrecifes que rodeaban la isla donde su malvada hermana había sido vista por última vez, mas estos no tuvieron noticias en días. ¿Cómo era posible que siempre se le escapara de las manos? Al menos sentía un pequeño alivio de que su pequeña Ariel se encontrase lejos de la línea de tormenta que había provocado su gran enemiga, pero por otro lado estaba preocupado porque hoy caía el decimoséptimo cumpleaños de su hija menor, que según Sebastián fue la fecha límite establecida por Úrsula para llevársela; un escalofrío lo recorrió de solo pensarlo.

Las otras princesas nadaban en el palacio igualmente preocupadas por su hermana menor. La tensión en el ambiente se rompió en el instante en que Flounder y su grupo de amigos entraron nadando desesperados a la sala del trono, alertando a los presentes con su inesperada llegada.

—¡Úrsula apareció! ¡Nos atacó con unas serpientes! — explicó el pececillo en lo que jadeaba desesperado, —¡Y ahora va por Ariel!

Aquello sorprendió al Rey.

—¿Dónde está Ariel? ¿Sigue en aquel reino? — preguntó consternado.

—No, regresó a la isla. Ahora la lleva consigo un amigo ballena, — replicó el pez, —Pero seguramente ha de encontrarse con ella, Ariel está determinada en enfrentarla.

Tritón no estaba nada sorprendido de escuchar eso, con lo impetuosa que era su hija menor; mas eso solo incrementó sus temores, viniéndose a la mente la imagen de los pólipos en la antigua guarida de la bruja. Sea como sea, tenía que liberar a Ariel de aquel horrible destino, «Es lo mínimo que puedo hacer por ella después de enviarla a los brazos de ese demonio por mi culpa.»

—Aquata, — Tritón se dirigió a su hija mayor quién rápidamente lo miró, —Necesito que te quedes a cargo del palacio hasta que yo regrese. Quiero que todos se reúnan en el anfiteatro y no salgan de ahí.

—Sí padre, — la princesa obedeció y ordenó llamar a todos a dicha ubicación, mientras que el resto de sus hermanas miraban a su padre expectantes. Alana, la segunda menor, preguntó consternada por su hermana menor.

—¿Ariel estará bien, papá?

—Lo estará, yo la sacaré de esto, lo prometo, — aseguró el Rey, apretando el tridente entre sus manos, —Vamos Sebastián.

—¡Sí Majestad!

Flounder se volvió a su grupo de amigos y también les dio instrucciones.

—Ustedes ya me ayudaron lo suficiente, quédense aquí. Yo me encargo del resto.

Y así Tritón, Sebastián y Flounder partieron del palacio mientras que los demás se iban esparciendo en busca de todos los habitantes de la residencia real y de la ciudad para que se reuniesen en el anfiteatro, preocupados por lo que depararía de ese encuentro entre el Rey del Mar y la antigua Princesa que había caído de gracia.

Sin importar que el agua salada lastimara el corte en su hombro y estimulara el sangrado, Jim se sumergió al mar una vez más en un vano intento de alejar a Úrsula de Ariel, mas, la bruja fue más rápida y se desvaneció antes de que él pudiese alcanzarlas; la soga y la posición del bote lo limitaba en sus movimientos. Frustrado y adolorido, subió a la superficie y trepó con tal de buscar a Úrsula y a Ariel por sobre el océano. «Tengo que detenerla, no puedo dejar que se la lleve, ¡Tengo que ayudar a Ariel!» se repitió constantemente en lo que preparaba los motores para partir en otra dirección; no obstante, antes que pudiese desplazarse, escuchó las voces de Silver y de B.E.N llamándolo.