CAPÍTULO XVII: NUEVOS CAMBIOS

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Tema musical del capítulo: "The Portal" - Treasure Planet Complete Score Original Soundtrack

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El cielo todavía no estaba alumbrado por los rayos del sol al momento en que decidió levantarse a preparar el desayuno, una costumbre que acarreaba desde sus primeros días de adolescente aventurero que se lanzó a navegar por las galaxias, donde los peligros asechaban a cualquier hora del día y era mejor estar despierto desde la madrugada atento a cualquier disturbio. Obviamente, en esta isla no había mucho de qué preocuparse, mientras se mantuviesen en la playa y en los alrededores y no se adentrasen en lo más profundo de la selva como le contó Jim tras su primera excursión por el territorio, y estando en las condiciones en las que estaba tampoco tendría gran acceso a los misterios de la ínsula. La capitana le prohibía alejarse de unos metros de la playa.

Y eso lo fastidiaba.

Desde que la capitana le colocó aquellas esposas en sus manos supo que ahora él era el prisionero con ninguna posibilidad de escapar. No esperaba otra cosa después de haber liderado un motín, ni tampoco era la primera vez que caía en manos de la autoridad y las veces que escapó de la prisión no se podían contar con solo dos manos, mas eso no lo privaba de la frustración que sintió y sentía en estos momentos. Él siempre estuvo acostumbrado a la libertad y a hacer lo que se le diera la gana, y estas circunstancias no le favorecían en lo absoluto: estaba atrapado en un planeta lejano del cuál nadie sabía cómo salir excepto Jim quién guardaba una esperanza en el plan que había construido con meticulosidad. Aún no tenía idea como se las ingeniaría para huir una vez que las cosas se arreglaran, pero estaba determinado a evadir la sentencia de un juez, aunque le costase perder otro brazo; de por sí sus intentos de desprenderse de las esposas fallaron y en una ocasión pudo sentir la fuerte descarga eléctrica por la mitad orgánica de su cuerpo al forcejear con estas.

Lo que más deseaba es que Jim lo acompañase, puesto que después de pasar tanto tiempo juntos le costaba hacerse la idea de separarse del chiquillo. Qué lo hubiese perdonado solo demostraba el enorme corazón que poseía.

Llevando en una bandeja jugo de frutas y unas tostadas, Silver bajó al calabozo a dejarle el desayuno a los que fueron sus "compañeros" de tripulación – que ni siquiera merecían llamarse así, no eran más que una bola de ineptos que no sabían hacer nada y que si no fuera por él ni siquiera habrían llegado al Planeta del Tesoro – donde se encontró con la capitana, quién comenzaba a hacer su guardia del día como era habitual. La mujer ni siquiera le dirigió la mirada, y el cyborg pirata solo deslizó la bandeja con el alimento bajo la estrecha apertura en lo más bajo de la puerta y se fue sin decir nada, no le quedaba otra que ser paciente en lo que soportaba su cautiverio.

Una vez de vuelta en la cocina, vio llegar a Jim bostezando al comedor.

—Qué sorpresa tenerte aquí a esta hora Jimbo, ¿Dormiste bien? — por lo general el grumete solía despertar en lo que el sol se asomaba, verlo despierto antes de ello era inusual.

—Más o menos, me costó conciliar el sueño, — el muchacho vertió un poco de jugo en un vaso y tomó un par de tostadas antes de sentarse junto a él.

—Debes estar frenético con todo esto de iniciar la construcción del portal, no debes estresarte tanto por eso, tenemos bastante tiempo.

—Lo sé, pero tampoco quiero retrasar nuestro regreso, y menos ahora que por fin pudimos comenzar la construcción. — replicó Jim en lo que bebía su jugo, —Ya llevamos casi un mes estancados en esta isla y se aproxima el otoño, quisiera dejar el bosquejo listo antes de que llegue el invierno, no hay tiempo que perder.

—Pues un navegante que no descansa no rinde bien, pero eso ya depende de ti. Ya no eres un niño.

Y no lo decía en un tono despectivo precisamente.

Entre el cielo y el mar [JimxAriel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora