Entre el cielo y el mar [JimxAriel]

EPÍLOGO

Tema musical del capítulo: "You Are My World (Instrumental Version)" - Yoon Mi Rae

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SEIS AÑOS DESPUÉS

La brisa de la costa que rodeaba la posada Benbow jugaba con sus cabellos castaños como tantas veces lo hicieron los vientos del Ethereum en sus viajes, el aroma de este impregnado en su piel consagrándolo como un navegante que nunca dejaba el espacio y rara vez pisaba tierra firme. Bien decían que el gran amor de un viajero era el espacio, o en otros planetas, el mar, pero también estaban los que decían que algunos siempre tenían un puerto al que regresar, y este era precisamente su caso.

James Hawkins ascendió al rango de capitán con solo veintidós años, siendo el segundo más joven en recibir tal honor después de Amelia Smollett, quien fuera su superiora cuando fue grumete en el RLS Legacy. En la Academia muchos halagaron su talento innato, así como al mismo tiempo criticaron su propia manera de hacer las cosas ya que siempre seguía los métodos más ortodoxos y prácticos por sobre los teóricos, irónicamente fue eso lo que lo llevó a ser el mejor de su clase y a graduarse con distinción, para luego ser rápidamente ascendido a comandante durante el breve conflicto con los prociones del Imperio de dicho nombre, donde destacó por su astucia y habilidad estratégica, salvando así las vidas de su flota y de la propia reina. Sus acciones le valieron su promoción a capitán y recibir honores de la monarca, lo que sin duda, fue toda una proeza para él.

Fue en ese mismo conflicto donde se encontró con Silver otra vez, qué hacía el viejo pirata metido en medio de este conflicto entre dos imperios era un misterio, pero sea como fuese, una vez más le salvó la vida y alcanzó a escapar antes de que su barco se autodestruyera en su intento de ayudarlo a derrotar a la Armada Prociona. Muchos lo dieron por muerto, al punto que la mismísima reina perdonó sus crímenes pasados y lo nombró caballero de la más alta orden por sus acciones – cosa que sin duda haría reír a Silver a carcajadas -, pero Jim estaba seguro que el cyborg andaba rondando por ahí, junto con su nueva tripulación, no muy lejos. El reencuentro entre ambos se dio en circunstancias menos que ideales, pero al menos le consolaba que Silver no volvería a ser perseguido y por lo tanto, se verían más seguido. Desde ese momento, Jim decidió abandonar la Armada para dedicarse a sus propias empresas, ya que no soportaba el protocolo rígido de esta y no le veía sentido el continuar ahí ya que sus intereses no se alineaban con los de la institución: después de aprender todo lo que necesitaba para ser un navegante y capitán de su propio barco y luego servir en medio de una guerra, ahora era libre de hacer lo que quisiera con su vida y explorar los rincones más lejanos del Universo que siempre quiso ver.

Unos pasos provenientes del otro extremo de la orilla llamaron su atención, y Jim sonrió al ver a la mujer que caminaba hacia él, la misma a quién conoció cuando tenía quince años y que desde ese entonces se mantuvo a su lado. En estos años, Ariel destacó por su pasión de estudiar las diversas culturas de la galaxia así como por su habilidad de encontrar objetos perdidos, provenientes de antiguas civilizaciones que en su mayoría ya estaban extintas. Todos los académicos de la Facultad de Humanidades pensaron que la joven poseía una brillante carrera en el futuro, no obstante, la mente abierta de Ariel y su creencia que no existían seres ni naciones "bárbaras" la hizo cuestionar ferozmente la visión imperialista de varios de sus profesores, motivo por el que una vez que se graduó rechazó la oferta de seguir trabajando en la Universidad para dedicarse a sus propios proyectos. Uno de estos fue la creación de un pequeño museo en Montressor, donde depositaba todos los objetos que encontraba en excavaciones dentro del planeta y en sus alrededores, esperando que de esta manera todos conservaran registro de la historia de su hogar, convirtiéndose así en una visita obligatoria para todas las escuelas.