Capítulo 3

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Era hora de la cena, el olor a comida inundaba mis fosas nasales, trataba de cortar el pedazo de carne que tenía en frente de mí. Aunque me incomodaba mucho porque nadie de los presentes hablaba.

— ¿Hermana, como vas con la planificación de la boda? —Dije rompiendo el silencio y preguntándole a Belinda la cual me miro mientras masticaba lo que tenía en la boca, después dio un sorbo de su copa.

—Pues, Nike y yo estamos viendo los últimos detalles de la boda, estoy muy emocionada.

—Me alegro y ¿Dónde vivirán? —Sé que esto era ser metiche, pero quería saber si mi hermana se quedaba o se iba.

—Nos mudaremos a su palacio, él es el próximo rey así que nos iremos.

—Te extrañaremos y lo digo por todos.

Ella me sonrío, Alexia junto su esposo Bruno me sonrieron, de hecho, su esposo se notaba que la amaba mucho, ya que él renuncio al trono por estar con ella, siempre que la veía era con ojos de amor, y cuando hablaba con ella se le veía una chispa en sus ojos, espero algún día ser afortunada y que alguien me vea así.

—Pues felicidades, sabes que siempre estaremos aquí para apoyarte. — Hablo Candace

—Extrañare a todas mis princesas — Dijo mi padre con un tono melancólico.

—Papá, no te pongas así, aún quedamos nosotras dos. —Dijo Dimitria.

Todos reímos y seguimos comiendo la cena que se pasó volando. Vi a Em desde la puerta que me estaba haciendo señas, era hora, me disculpé y me excusé diciendo que estaba llena, me para de la mesa y camine de lo más normal, hasta que llegue al pasillo donde me encontré con Emma.

—¿Lista?

—Lista, vayámonos antes de que sea más tarde.

Will Valencias.

Ellie se fue casi corriendo de la cena, iba caminando por ese pasillo largo, estaba harto de esto, ¿Cuándo encontraré a la princesa indicada?, he recorrido por más de 500 castillos. Me sentía presionado por culpa de mi hermana, él con la primera princesa que fue, fue con la que se casó. Pero yo quería casarme con alguien que realmente me gustará.

Llegué a mi cuarto, agarré mi libro y me senté junto a la ventana, pero por alguna extraña razón miré hacia afuera, vi dos figuras corriendo en el patio, pude identificarlas por su cabellera, eso y por qué voltearon, seguro que era para asegurarse de nadie las estaba siguiendo y que nadie las veía, pero ¿A dónde iban y tan misteriosas?

Cruzaron la muralla por arriba como si no hubiera sido la primera vez y de ahí las perdí por culpa de los árboles.

Agarré mi cuaderno de dibujo y comencé a dibujar todo el exterior, después comencé a dibujarla, era hermosa eso lo tenía que admitir, con esos ojos verdes que tanto me hipnotizaban, era demasiado linda.

Me quedé mucho rato despierto, vigilando a ver cuando llegaban, cuando era aproximadamente las dos de la madrugada, vi que dos figuras atravesaban la muralla, eran ellas, parecían que se estaban riendo, entraron muy sigilosamente, entonces decidí y corrí hasta la habitación de Ellie, entré, afortunadamente no estaba, me senté en su cama y la esperé. Vi que se movió el picaporte y con un ruido chillante se abrió, ella entró con los zapatos en la mano, prendió la luz y cuando me vio ahí sentado dio un gran salto junto con un grito.

— ¡¿QUÉ RAYOS ESTAS HACIENDO?!

—Lo siento, no quería asustarte, solo que me preocupé por ti, escucha desde mi ventana te vi salir muy misteriosa con tu doncella.

Ella frunció el ceño molesta de que hubiera irrumpido en su alcoba.

—Eso no te da derecho de entrar a mi habitación, a la otra sino estoy yo, te quedas afuera. —Lo dudo por un momento, cuando se dio cuenta que ahora conocía algo que supongo su familia no lo sabía. —Escucha, no le puedes decir a nadie, nadie lo sabe, ese es un secreto entre Em y yo ¿Okay? —Dijo aún enojada.

—De acuerdo, pero me puedes decir a donde fueron...

Ellie soltó sus zapatos provocando un estruendoso sonido, volteo a verme y sentí que se me detenía el corazón al ver que sus ojos verdes se detuvieron sobre mis ojos.

—Es un secreto ya te lo dije, nadie se puede enterar de esto, será nuestro secreto.

—De acuerdo —Dije muy confundido

—Promételo por la garrita que no le dirás a nadie.

Me miro con sus ojos verdes, era hermosa... concéntrate, Will, está bien lo prometeré.

—Lo prometo —Dije agarrándole el dedo meñique.

Ellie Andrade.

Él salió de mi habitación, me alegro de que no le cuente a nadie mi secreto, después de eso, me quité la ropa y me puse mi pijama cómodo, me cepille el pelo, después me metí a la cama y dormí.

Podía sentir como alguien me agitaba, abrí perezosamente mis ojos hasta que vi a mi hermana pequeña.

—Ellie despierta, es hora de desayunar —Me dijo Dimitria mientras me sacudía.

—De acuerdo —Me paré y abracé a mi hermana pequeña.

Mientras yo me quitaba las sabanas y buscaba mis pantuflas, ella se quedó ahí leyendo un libro que le preste, en eso llego Em corriendo.

—No te preocupes Emma ya la desperté.

—Gracias Dimitria, creo que te busca mi hermana, creo que ya tiene el moño que le pediste

Mi hermana sonrío, después salió directo hasta su alcoba, me encantaba que Dimitria haya escogido como doncella a la hermana menor de Em.

—Creo que no debimos de quedarnos tanto.

—Lo sé, pero bueno.

Me di una ducha muy rápida, Em ya estaba esperándome afuera con un vestido rojo de tirantes, que tenía pedrería en la parte de arriba, mientras que ese vestido me llegaba hasta los tobillos. Me lo puse después Em me peino y maquillo.

Me dirigía hasta el gran comedor, cuando entre ya estaban todos sentados y comiendo, mire de reojo al Príncipe Williams, se veía tan apuesto hoy con un traje azul marino, hacía que le resaltara los ojos.

Me senté sigilosamente y comí, más bien devoré la comida, hasta que mi madre me interrumpió.

—Hija ayer te fui a buscar a tu alcoba y no estabas.

Rayos todo se vino abajo, <<miente>>, dijo mi conciencia, pero mi madre lo sabía todo.

—Y no me mientas. —Dijo dando énfasis a "mientas"

Rayos me descubrió, código rojo, código rojo.

Princesa Ellie (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora