EVA
Resoplo aburrida tras pasar otra página del libro que me empecé a leer hace unos días. La típica historia de amor en la que dos adolescentes se enamoran, nada nuevo. Los libros que realmente me gustan son los de terror, pero este fue un regalo de mis tíos en las pasadas navidades y no pude rechazárselo. Y como odio no darles uso a las cosas que me regalan, pues aquí estoy, intentando darle una oportunidad.
Tampoco es que tenga otra cosa qué hacer en esta última tarde de sábado que me queda totalmente libre antes de volver a clase el lunes. Por desgracia el verano está por llegar a su fin, y no me encuentro mentalmente preparada para mi último año en el instituto. Ya solo de pensarlo me agobio con todo lo que se me viene encima, segundo de bachiller, selectividad... Sin duda va a ser un año intensito.
Mi sueño es ir a estudiar Arte Dramático a una universidad de Estados Unidos, ya que el cine y la interpretación son mis pasiones desde pequeñita. Pero como sé que eso es algo imposible, tengo otra opción pensada: estudiar la misma carrera pero aquí, en alguna uni de Galicia o de Madrid.
Recibo un mensaje de mi vecina y mejor amiga Samantha, que me pregunta si quiero quedar con ella para ir de compras. Como me aburro muchísimo leyendo este libro, le contesto que sí y me voy preparando para salir. Me pongo una camiseta ancha con unos pantalones cortos vaqueros, ya que aún hace calor, y unas zapatillas. Después de hacerme un maquillaje sencillo y unas trenzas en el pelo, salgo de mi habitación. Encuentro a mi madre, mi padrastro y mi hermana pequeña viendo la peli de "Rapunzel" en el sofá.
Mi padre nos abandonó cuando yo tan solo tenía 5 años, dejando a mi madre sola, a cargo de mí, sin ninguna explicación ni nada. Menos mal que ella tenía trabajo y pudimos salir adelante. Además, la familia de mi madre siempre ha estado ahí para ayudarnos en todo lo que han podido, por lo que no nos ha faltado nunca de nada. Para mí no fue tan duro porque era muy pequeña y no le recuerdo apenas, pero cada vez que veía a mi madre llorar por ese hombre se me rompía el corazón. Por suerte, al de unos años conoció a Juanmi, mi padrastro, con el que tuvo a mi hermana Lea que ahora tiene siete añitos. Me alegro tanto de que haya encontrado a una persona que la haga así de feliz. Para mí él sí que es mi padre, porque desde que le conozco siempre ha estado ahí con nosotras.
—Cariño, ¿vas a salir? —me pregunta mi madre sonriente al ver que por fin salgo de mi habitación. Me paso los días metida en mi casa o en la de Sam que está justo en frente de la mía. Siempre me he considerado una chica rara, o bueno, así es como me llaman mis compañeros de clase porque con casi 18 años no me gusta salir de fiesta, ni he bebido nunca alcohol, ni he tenido novio o esas típicas cosas que haría una adolescente normal.
—Sí, he quedado con Sam para ir de compras.
—¿Puedo ir con ellas papis? —les pregunta Lea haciendo un adorable puchero, pero no la dejan.
—¿Es que ya te has aburrido de ver Rapunzel o qué? —le dice Juanmi. Ella asiente y nos reímos.
—Otro día vamos juntas, ¿vale peque? Y compramos un montón de chuches —le digo sonriendo a mi hermanita.
—¡Sii! ¡Chuches! —dice ilusionada lanzándose a mis brazos y nos reímos. Me la como a besos porque es que no puede ser más mona de verdad.
Después de despedirme de ellos, salgo de casa para llamar a la puerta de en frente donde vive Sam. Me abre su madre Ana, un amor de persona, es como otra madre más para mí. Se mudó de Córdoba aquí con sus dos hijos buscando trabajo, cuando yo tendría unos diez años, después de que falleciese su marido. Mi madre y ella no tardaron en volverse inseparables, como Sam y yo, apoyándoles siempre en todo momento. Sam es todo lo contrario a mí, lo que sería una chica normal de 18 años vamos. Es extrovertida, le encanta salir de fiesta, se lía con un chico diferente cada poco tiempo porque no quiere relaciones serias... Pero así la quiero, y no cambiaría nuestra amistad por nada. Luego está su mellizo Hugo, al que odio profundamente desde que nos conocimos. Me cerró la puerta en toda la cara cuando fui a darle la bienvenida amablemente. Y ahora si nos cruzamos, o soy invisible para él o me suelta algo súper borde. En fin, es un idiota.
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Inevitables
Fanfiction"Coincidimos mil veces y mil veces sonríe el destino, sabiendo que somos inevitables" - David Sant. Novela evugo 💕