Inevitables

Capítulo 6

Me arrepiento nada más entro por la puerta de la discoteca de haber venido hasta aquí. Pff madre mía... ¿Dónde me he metido? Contaba con que habría muchísima gente, pero no tanta como para no poder dar ni un paso sin chocarme con alguien.

Hugo nos ayuda a avanzar entre la multitud hasta que por fin llegamos donde nos estaban esperando sus amigos. Veo varias caras conocidas, entre ellas la de Flavio, Bruno y Maialen. Luego están otras dos chicas guapísimas y un chico de rizos. Les saludo con una sonrisa tímida mientras que Sam se lanza directamente a los labios de Flavio. Aunque ella me lo intente negar, está pilladísima por él.

—Venga va, hoy invito yo. ¿Qué queréis? —nos pregunta Hugo cuando acabamos de presentarnos. La que tiene una peca en la cara se llama Anaju, el chico de rizos Jesús y la que parece su novia, Nía.

—Un cubata porfa hermanito —le pide Sam. Los demás también le van pidiendo diferentes bebidas.

—¿Y tú morena? —sus ojos verdes se posan sobre los míos y dudo por un momento en si pedir algo o no. La verdad es que en este tipo de situaciones me siento bastante presionada a beber alcohol como lo hacen todos los de mi alrededor cuando en realidad yo no quiero hacerlo. —No tienes porqué beber nada si no quieres eh, yo tampoco lo hago —me asegura con una pequeña sonrisa que le devuelvo. Vale, no me esperaba para nada esto de su parte...

—No quiero nada, gracias —y asiente sonriendo antes de dirigirse hacía la barra a por las bebidas junto a Jesús. Sam me sonríe alzando sus cejas y yo solo puedo encogerme de hombros súper confusa.

—Me alegro de que hayas venido Eva. Me pareciste majísima ayer en clase enserio —me dice Maialen.

—Jo y tú a mí, me caíste genial —nos sonreímos.

—Yo también me alegro de conocerte Eva. ¿Por qué Hugo no me había dicho que tenía una amiga tan guapa? —me dice Anaju y me río sonrojándome.

—Bueno, no es que seamos amigos... Simplemente somos vecinos, y su hermana Sam es mi mejor amiga. En realidad nos odiamos, mucho —se ríe.

—¿Enserio? Pues a mí no me parece que Hugo te odie para nada eh. Por como te mira, diría que le gustas o algo —niego riéndome sarcásticamente.

—¿Gustarle yo? Imposible, de verdad —se ríe.

—Vale, vale. Si tú estás tan segura de ello... —ruedo los ojos sonriendo —¿y las tías no te van, no? —niego tímidamente y suspira. —Bueno, no pasa nada. Tenía que intentarlo por lo menos —me río.

—Qué raro, Anaju tirándole fichas a cada chica que conoce... —nos reímos. —Encantada de conocerte Eva —me dice Nía sonriendo y le sonrío también.

Después de que Hugo y Jesús traigan las bebidas, las chicas me llevan hasta la pista de baile. Allí empezamos a bailar al ritmo de la música, o más bien, a perrear entre nosotras. Y la verdad es que me lo estoy pasando mejor de lo que me esperaba. Me siento súper cómoda con ellas, son majísimas.

—Madre mía tía... Se le cae la baba mirándote —me susurra Anaju riendo mientras perreamos juntas.

—¿A quién? —le pregunto confusa y me señala con su cabeza la zona en la que los chicos están bailando. Encuentro la mirada penetrante de Hugo sobre mí, atento a cada movimiento que hace mi cuerpo al bailar mientras muerde su labio inferior. Me pongo rojísima, nunca nadie antes me había mirado así. Cuando se da cuenta de que le he pillado mirándome, aparta rápidamente sus ojos de mí poniéndose súper nervioso y me río con Anaju.