Epílogo (1)

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Diez años después...

No. Esa es la única respuesta que recibo en todas las audiciones que llevo haciendo durante estos meses, ya sean para un papel de teatro o de cine. Hasta hace poco más de un año todo me iba genial en mi vida profesional. Estudié en una de las más prestigiosas academias de Arte Dramático en Nueva York. Y después de terminar los estudios, conseguí trabajar en varias series y pelis, y un papel importante en una obra de teatro aquí en la ciudad de los rascacielos. Pero por desgracia, el éxito no dura para siempre y ahora me he quedado sin nada. Intento buscar trabajo en cualquier sitio con tal de poder pagar el alquiler del apartamento, pero está siendo más difícil de lo que pensaba la verdad.

Camino de vuelta a mi casa después de otra fallida audición, cuando de repente suena mi teléfono.

—¿Sí?

—¡Evii! —oigo la voz de Sam al otro lado de la línea e inmediatamente sonrío. A pesar de que nos hayamos visto muy pocas veces durante estos últimos diez años, la distancia no ha podido con nuestra amistad y seguimos estando muy unidas.

—¡Hola Sam! Dime, ¿qué pasa?

—Pues que tengo algo muy importante que contarte. Pero tía, ¿estás bien? —suspiro.

—No, la verdad. Nadie me contrata y estoy perdiendo la esperanza de encontrar algún trabajo.

—Eva, tranquila. Ya lo encontrarás, ¿vale? Estoy segura. Y sino, siempre puedes volver a España...

Ruedo mis ojos.

—Sam, ya te he dicho que no voy a volver a España.

—¿Pero por qué no? ¿Es por ese tal Steve?

Me río.

—Es Stefan. Y no, no es por él. Ya no estamos juntos, le dejé hace un par de semanas...

—¿Cómo que le dejaste tía? ¿No decías que era un amor de chico y estaba buenísimo?

—Sí, pero ahora mismo no quiero nada serio.

—¡Anda ya! Pero si antes tú siempre me criticabas a mí por no querer nada serio con ninguno —me río.

—Bueno, supongo que las cosas han cambiado...

—¿Y no será por Hugo? —¡Bingo! Ha acertado por completo. Solo con oír su nombre siento un pinchazo en el pecho, y suspiro triste.

—Pues sí, es por él. Soy incapaz de empezar una relación seria con otra persona cuando aún siento cosas por tu hermano... Y mira que lo intento eh, pero no puedo olvidarle a pesar de que hayan pasado ya ocho años desde que me dejó...

Llevamos casi por dos años nuestra relación a distancia. Es cierto que estar separados durante tanto tiempo, porque solo podíamos vernos cuando alguno de los dos tenía vacaciones, enfrió mucho las cosas entre nosotros y que si hablábamos era solo para discutir, pero él ni siquiera intentó luchar por lo nuestro y eso fue lo que más me dolió. No tardó nada en olvidarme mientras que yo sigo sin superarlo porque ha sido mi primer y único amor.

—Jo Evi, siento que el imbécil de mi hermano te hiciera tanto daño en serio. No sé qué cojones le pasaría para alejarse de todos nosotros así sin más.

—Ya... ¿Y ahora sabes algo de él? Ósea, ¿sigue trabajando en Madrid, no? —pregunto nerviosa.

—Sí, sigue trabajando allí con la discográfica. En la música ya sabes que le va genial. Pero respecto a su vida privada, por mucho que le pregunte, no me cuenta nada, así que en eso estoy igual que tú.

InevitablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora