Inevitables

Capítulo 2

Se me había olvidado por completo lo horrible que era despertarse a las 7 de la mañana para ir a clase. Me levanto de la cama sin ganas y voy directa a la ducha para ver si así consigo despertarme del todo.

Al de unos minutos salgo de la ducha para vestirme. Me pongo una camisa azul con un pantalón corto blanco y mis zapatillas de siempre. Paso de maquillarme hoy porque me da mucha pereza, y en el pelo me hago un moño despeinado. Después de meter todo lo que necesito en la mochila, salgo de mi habitación hacía la cocina.

—¡Buenos días cariño! —me saluda mi madre con una sonrisa nada más entro por la puerta. Juanmi, mi hermanita Lea y ella ya están desayunando.

—Buenos días —les digo sin mucho ánimo sentándome en la mesa a desayunar con ellos.

—Venga hija, alegra esa cara. ¡Que este va a ser tu último año en el instituto! —ruedo los ojos.

—Lo único que quiero es que se acabe ya —se ríen.

—¿Vas con Sam hasta allí, no? Sino os acerco de un momento con el coche... —me dice Juanmi y niego.

—No, tranqui. Nos va a llevar Hugo en su coche

—Ah, es verdad. Que se ha sacado el carnet de conducir este verano, ¿no? —asiento.

—¿Cómo le va por cierto? Hace bastante que no coincido con él —me pregunta mi madre y suspiro.

—¿Podemos no hablar más de él mientras desayuno por favor? —niegan riendo.

—¿Por qué os lleváis tan mal? A mí me parece un chico muy simpático —me río sarcásticamente.

—Creo que no estamos hablando del mismo Hugo entonces... —se ríen —Además, he intentado llevarme bien con él durante 8 años y lo único que ha hecho ha sido ignorarme o ser borde conmigo

—Pues conmigo es muy majo porque siempre me compra chuches y me dice que me quiere mucho —me dice Lea sacándome la lengua y le hago lo mismo. Tiene razón, las pocas veces que he visto a Hugo sonreír de verdad han sido jugando con ella.

—Ya veo a quién prefieres... —le digo bromeando.

—Nooo, a ti también te quiero mucho Evaa —viene a abrazarme y me río sentándola en mi regazo.

—Y yo a ti peque —dejo un beso en su mejilla.

—¿Me haces trencitas?

—Claro —nos sonreímos y termino de desayunar para empezar a hacerle las trenzas.

Al de unos minutos, recibo un mensaje de Sam avisándome de que ya me están esperando abajo. Me despido de mi familia y bajo rápidamente encontrándome a los dos mellizos fumando.

—Buenos días —les saludo arrugando mi nariz por el asqueroso olor a tabaco y se ríen dando una última calada para después tirar la colilla al suelo.

—Ya está. ¿Contenta? —me pregunta Hugo sonriendo burlonamente y finjo una sonrisa.

—Mucho —rueda los ojos.

Abrazo a mi mejor amiga y nos subimos al coche.

—Hugooo —le llamo desde el asiento de atrás.