Capítulo 16

563 30 4
                                    

Han pasado ya dos meses desde que volví a ver a mi padre. Desde entonces, siempre que puedo voy a hacerle una visita para pasar tiempo juntos y recuperar así los años perdidos. Por otra parte, al fin se acercan las vacaciones de navidad. Tengo muchísimas ganas de que lleguen ya para tener un pequeño descanso de las clases y el instituto. Este curso está siendo bastante duro porque tenemos un montón de exámenes y trabajos, además de tener que prepararnos también para la selectividad.

Ahora mismo me encuentro tomando algo en un bar con las chicas. Como es sábado y no tengo que madrugar mañana para ir a clase, puedo quedarme hasta bastante tarde por la noche con ellas. Hacía tiempo ya que no hacíamos un plan solo de chicas, y me lo estoy pasando genial.

—Bonitis, tengo que contaros algo muy importante —nos dice Mai nerviosa y la miramos expectantes.

—¿Es sobre Chica Sobresalto? —le pregunta Anaju.

—Sí... ¡¡Vamos a sacar nuestro primer disco!! —nos dice ilusionada. Nos ponemos a chillar todas como locas y nos levantamos para abrazarla súper fuerte.

Estoy muy orgullosa y feliz por mi amiga. Es un amor de persona y se merece lo mejor del mundo.

Después de celebrar la increíble noticia, decidimos dar por finalizada nuestra noche de chicas. Cada una tiene planes con sus parejas y no quiero tener que hacerles acompañarme hasta mi casa, así que llamo a Hugo para que me venga a buscar.

Hablando del rubio, lo nuestro va genial. Obviamente tenemos nuestras peleas, pero no llegan a nada porque no podemos estar por mucho tiempo enfadados. Además, han sido por tonterías. Todo ha ido muy bien entre nosotros en estos dos meses que llevamos juntos y espero que siga así.

Mientras le espero, tengo la sensación de estar siendo observada por alguien. Probablemente son paranoias mías, pero no puedo evitar sentir miedo porque es completamente de noche y estoy sola. De repente veo una figura a lo lejos, parece un chico y lleva una sudadera con capucha que tapa su cara. Dios mío. Ahora sí que ya estoy cagada de miedo.

Vuelvo a marcar rápidamente el número de Hugo.

—Amor, ven lo más rápido que puedas porfa —le ruego nada más descuelga el teléfono al ver que la figura de ese chico cada vez se acerca más a mí.

—Voy, en menos de un minuto estoy allí. ¿Qué pasa, cariño? —me pregunta muy preocupado.

—Tengo mucho miedo Hu... un chico viene directo hacía mí... —digo con la voz temblorosa.

—Eva, aléjate rápido de él. Vete hasta el final de la calle, ¿vale? Voy a pasar ahora por allí —hago caso a lo que me pide, pero ese tío me sigue por detrás.

—Me está siguiendo —digo con la respiración agitada caminando aún más deprisa. Pero no me sirve de nada porque consigue alcanzarme y me retiene agarrándome los brazos —¡No! ¡Suéltame! —grito intentando escaparme de su fuerte agarre.

Doy patadas hasta que logro pegarle una en los huevos y salgo corriendo escapándome de él.

—¡Hija de puta! —maldice y sigue persiguiéndome. Juraría que esa voz la he oído antes, me resulta conocida, pero ahora mismo no puedo ponerme a pensar en nada más que no sea correr lejos de él.

Justo cuando está por alcanzarme otra vez, aparece al fin el coche de Hugo. Me meto rápidamente dentro mientras el tío que me perseguía huye corriendo hacía otra calle nada más ve el coche.

—He pasado mucho miedo, Hugo —sollozo entre sus brazos, los cuales me abrazan con fuerza.

—Ya está, mi niña. Ya se ha pasado. Estoy aquí, ¿vale? No voy a dejar que nadie te haga daño —me susurra con la voz quebrada. Acaricia suavemente mi espalda y deja pequeños besos sobre mi cabeza y toda mi cara intentando tranquilizarme.

Un rato después, consigo parar de llorar. Sigo con el susto y el miedo en el cuerpo, pero estoy más tranquila sabiendo que tengo a Hugo a mi lado.

Vamos a su casa donde no hay nadie porque Sam y su madre están con sus novios. Nos tumbamos acurrucados en su cama y acaricia mi pelo. Cuando le miro, varias lágrimas resbalan por sus mejillas.

—Hu, ¿estás llorando?

—No, yo no lloro —niega inmediatamente secándose las lágrimas y ruedo los ojos —. Solo es que... no sé lo que haría si te pasaría algo, Eva.

—Bebé —le abrazo más fuerte enternecida.

—Te quiero mucho, muchísimo.

—Y yo a ti, mi amor —nos besamos.

Estoy agotada. Así que después de besarnos unas cuantas veces más, me quedo dormida poco a poco entre sus brazos deseando olvidar para siempre el horrible momento que he vivido esta noche.

InevitablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora