Capítulo 15

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Siento pequeñas caricias por mi cara y abro lentamente mis ojos encontrándome con los de Hugo, que ya me estaban mirando, y me sonríe.

—Buenos días, preciosa —me susurra con la voz ronca provocando que un escalofrío recorra todo mi cuerpo —. ¿Qué tal has dormido?

—Muy bien —le digo sonriendo tímidamente. Y es que me sonrojo de inmediato al recordar lo que pasó anoche entre nosotros. Mi primera vez, con Hugo. Fue increíble. Una noche súper especial.

Me vuelve a sonreír y besa mis labios mientras acaricia de arriba a abajo mi espalda desnuda.

—¿Nos podemos quedar aquí para siempre? No quiero irme —le digo haciendo un puchero y se ríe.

—Ojalá... pero por desgracia mañana tenemos que volver al insti y a nuestra vida normal.

—Ya, es una mierda —me quejo y se vuelve a reír.

—Bueno, aún nos queda todo el día. ¿Así que habrá que aprovecharlo, no? —me dice con una sonrisa pícara colocándose encima mío y niego riendo.

—Idiota —se lanza a mis labios y paso mis manos alrededor de su cuello enredándolas en su pelo.

—Te quiero —dice en un susurro mientras me sigue besando y me quedo totalmente congelada.

Dios mío. ¡Que me ha dicho que me quiere! Cuando se da cuenta de que no le correspondo los besos, se aparta de encima mío mirándome preocupado.

—¿Qué pasa? ¿Te he hecho daño?

—No...

—¿Entonces? Ya sabes que me puedes contar lo que sea...

—Has dicho que... que me quieres —abre los ojos sorprendido y luego, aparta su mirada de la mía.

—Mierda. Lo siento. Yo...

—¿Me quieres? —le pregunto nerviosa y vuelve a posar sus ojos verdes sobre los míos.

—Sí. Te quiero, Eva —¡¡Ahhh dios mío!! Mi corazón late con fuerza y siento como si se me fuese a salir del pecho en cualquier momento —.Pero joder, no quería decírtelo así... Y tampoco quiero que pienses que te lo digo ahora solo porque lo hicimos ayer y —dice de forma atropellada y le corto con un beso.

Nos separamos por la falta de aire y le sonrío.

—No pienso eso, tranquilo —me sonríe también.

—Sé que llevamos muy poco tiempo juntos y es pronto para decirte eso, pero es lo que siento. Eres muy importante y especial para mí, Eva...

Acaricia mi cara con ternura y me muero de amor.

—Nunca he sentido esto por nadie, así que no sé cómo expresarme. Pero de lo único que estoy seguro es de que te quiero. Y no te preocupes si tú no sientes lo mismo por mí aún o no me lo quieres decir, ¿vale? Lo entiendo —le vuelvo a sonreír sin poder evitar ponerme a llorar de la felicidad que siento —. Ey mi niña, ven aquí —me abraza fuerte.

—Jo, es que eres demasiado mono Hu —se ríe.

—Tú sí que eres mona —me río también.

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