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Un movimiento me despierta, Nadzeya me ve con sus enormes ojos parecidos a los de Delphine. Los ojos se me humedecen, la tomo de la cabeza y la acerco a mí, le beso la frente y no despego mis labios de su piel. Trago saliva, pasándome la incertidumbre.

Mi hermana baja sus dedos por mi brazo, se detiene en el relieve causado por la bandita en donde me insertaron la aguja.

-Necesitabas un poco de sangre - se refugia en mis brazos.

-Gracias - su voz se escucha aplastada.

-Siempre - le susurro en el oído.

Alguien se aclara la garganta y ambos giramos la mirada, Kirya y Kerley están a los pies de la cama, mi hermana trata de erguirse pero le tiemblan los brazos, estiro mi brazo por instinto. Kirya me pide que los deje a solas, beso a Nadzeya en la cabeza antes de irme y deslizar las cortinas detrás de mí. Camino por el pasillo de Enfermería hasta el escritorio, me encuentro con Karina viendo unos expedientes.

-¿Cómo está? - pregunta.

-Bien - me aguanto las lágrimas -. ¿Dónde está Reiner?

-Se sentía un poco cansado así que se fue antes - asiento -. No esperes mucho de él - dice con tono sombrío -. No podrá hacer nada por ella.

-¿Kerley?

-Mi padre es un buen hombre - dice -. Pero sigue siendo hombre, con el mejor puesto en el ejercito.

-¿Así que Klaus...?

-No es la primera vez que hiere físicamente a alguien, y no es la primera vez que mi padre se lo deja pasar - la sangre me hierve -. Piensa que con eso lo va calmar.

Veo a Kirya salir de la cortina de Nadzeya, se dirige al almacén y sale con una bandeja de comida. Kerley sale unos momentos después. Unos minutos después entra la reina de Marley, la única sobre Kerley, Lara se acerca con el paso apurado. Me acerco a ella, extiende las manos y me toma de los brazos.

-¿Está bien? - asiento -. Llévame con ella.

Me toma del codo y me sigue hasta la camilla, abro las ventanas. Mi hermana le da un sorbo al té que le llevó Kirya.

-Hice lo que pude - dice angustiada -, pero Kerley dijo...

-Que es su mejor estratega - termina Nadzeya.

-Klaus acordó de no hablar a cambio de una gran suma de dinero - Kirya y Nadzeya comparten una mirada.

No sé que sepan ellas, pero yo sí que sé que Klaus está forrado de dinero, puede limpiarse la caca con billetes y tirarlos al cesto de basura. Un hombre así de rico no necesitaba dinero, y un hombre así de inhumano querría algo más que dinero para quedarse callado.

-Hiciste más que Kerley, gracias - le dice mi hermana.

-Esto era lo último que le faltaba a mi día - se frota las sienes -. Fine ya me dijo que no quiere heredar el titan.

Mi hermana me mira, empiezo a negar con la cabeza cuando reconozco esa mirada determinante que solo ella es capaz de hacer.

-Yo lo haré.

-¿Qué? De ninguna manera, estás con Kirya.

-Sí, estás conmigo.

-Si no hubiera sido por ti, tal vez nos habrían matado - insiste -. Yo heredaré el Martillo, y así saldo esta deuda.

-Y entonces te debería la vida de mi sobrina.

-Nadia, morirás - digo en galino.

-Ahora eres importante en la política, no podrá tocarte - siento una punzada en el pecho, no me gusta mentirle a mi hermana -. Viste lo que me hizo, Viera. Puede mandar a alguien a que me siga en una misión fuera del país y habría muero "cumpliendo mi servicio" - mira a Lara -. Klaus no podrá tocarme si soy el Martillo, ¿cierto? - deja la confidencialidad de nuestro idioma.

Despair (ReinerBraunxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora