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Enfrente de la casa de Binger. Justo enfrente de la casa de Binger. He estado pasando ahí por la última semana y jamás se me ocurrió detenerme a observar la llama de ámbar incrustada en la placa circular plateada en el portón de la casa.

Trago saliva. Todo este embrollo va más allá de que mi madre hubiera asesinado a Aleksei Ignati. Sangre eldiana corre por mis venas, pero Zenya no sabe eso. Una teoría empieza a tejerse en mi cabeza, y no sé si quiero que sea real o no.

La puerta de la casa se abre y una figura alargada y con traje se acerca por el jardín, el hombre rubio nos mira de pies a cabeza, con una mirada altiva y un poco arrogante. Frunzo el ceño, el bordado en su saco negro me da a entender que se trata del jefe de mayordomos.

-¿? - dice en galino.

-Soy Y/N - eleva una rubia ceja -. Fedora. Y/N Fedora.

El mayordomo mantiene su expresión altanera. Se relame los labios y abre el portón, la placa circular con la llama de la familia se parte en dos y nos deja pasar a ambas. Seguimos al mayordomo por el camino pavimentado a mitad del jardín, da vuelta a la izquierda por un camino de piedras en lugar de ir a los escalones que llevan a la casa.

-Mi ama está tomando el té ahora mismo - dice.

-¿Y el Señor?

-Murió - dice -. La muerte de su hijo les absorbió la vida.

Miro a Zenya, se acerca a mí mientras caminamos por el camino delimitado por unos espinosos rosales. Los malditos rosales cuyo aroma se mezcla con las gardenias de la casa vecina.

El mayordomo sale del camino y estira su brazo derecho en dirección a una palapa con una mesa debajo, ahí se encuentra una mujer de pelo blanco recogido en una trenza. Con ropas cálidas, cafés y anaranjadas. La mujer mira sobre su hombro pero no pierde la postura ni el porte, baja la taza a la mesa y señala la silla sola frente a ella.

Es como si me hubiera estado esperando.

Zenya va con el mayordomo y se coloca a su lado, ambos mirando en nuestra dirección. Tomo asiento frente a la anciana, que de anciana solo tiene el cabello. Hay arrugas y marcas de vejez en su rostro pero nadie creería que pasa de la tercera edad.

-Parece que el demonio te hechizó - sisea -. No has envejecido nada, bruja.

-No soy Anastasia.

-¿Y quién eres?

-Viera - digo.

-No digas ese nombre - lleva sus dedos a sus labios y los aleja rápidamente, como si fuera algo malo -. Tu madre degradó a nuestra diosa llamándote a así. ¿Qué quieres, demonio?

-¿Sabes de mi sangre?

-Pero claro - me mira con sus ojos grises -. Es por esa razón que Anastasia asesinó a mi Aleksei.

-Murió en el frente.

-Sí, sí. Eso es lo que salió en los periódicos - toma aire -. Pero mi Aleksei no tenía nada de patriota. Al final de cuentas se casó con una perra de Coterra solo porque le abrió las piernas en un bar. Y tú no eres diferente a tu madre, puedo oler la vulgaridad en ti.

-¿Vulgaridad?

-Te ves como ella, te mueves como ella, hablas como ella... asesinas como ella - pasa su afilada uña por su terso cuello mirando los cuchillos en mi torso -. Siempre iba por el cuello. No me sorprendería saber que te coges a cualquiera como ella.

Despair (ReinerBraunxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora