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El contrato llegó dos días después, Reiner y yo volvimos a Gala del Sur junto con Odessa tres días después. Durante esos cinco días no vi a Sariel, Zenya me dijo que la agencia le había dado un contrato al tener tiempo libre antes de asesinar a Binger. 

Reiner me rodea con su brazo cuando me acerco a él y deja que apoye mi espalda en su torso, subo las piernas al asiento y dejo que mis pies cuelguen por el reposabrazos. Abro el sello del contrato y busco saco la hoja. 

Puedo sentir a Reiner mirar sobre mi cabeza, sube su dedo y lo mete a mi nariz juguetonamente. Le doy un manotazo y lo escucho reír un poco. 

-¿Qué dice?

-¿En verdad quieres saber? - lo siento asentir, su barbilla roza mi cabeza un par de veces. 

-Parece que el asesinato de Sereen no fue suficiente para la que Javier firmara la alianza. 

-¿Vas a matarlo?

-Muerto no puede firmar un papel - me jala el cabello por la ironía en mi voz -. Solo quieren que le rompa un dedo. 

-¿En serio?

-Es un decir - aclaro -. Quieren que le mande otro mensaje, que si no firma la alianza, entonces el será el siguiente en morir. 

-¿No Delphine?

-Si Klaus quiere una niña muerta, deberá hacerlo el mismo.

Llegamos a la estación una hora después y tengo que quitarme el saco y la bufanda para equilibrar mi temperatura. Hace más calor que en Gala del Norte, y la primavera empieza a dar indicios de su llegada con el cantar de los pájaros que reposan en las ramas de los árboles cercanos. 

A Odessa le había crecido el cabello mientras estábamos en el Norte, pero el día anterior la vi con su hermoso cabello platinado a la altura de los hombros. Me recuerda a Lara, pero más pálida, con ojos azules y cabello blanco. 

Gala del Sur había dejado atrás las decoraciones rojas y doradas de las FIestas, ahora había flores hechas de papel en las puertas, cuencas con agua y miel para las abejas. Un aire cálido empieza a soplar y la nieve termina de derretirse en las orillas de los callejones. Eso me hace entender la belleza de ambos climas, la blancura y tranquilidad de la nieve y el color y la vitalidad de la primavera. 

No tengo idea de cuando vuelva a ver a Sariel, lo único que sé es que puedo aprovechar este tiempo para encontrar una manera de irme a Bunya y romperle un dedo a Javier. Tengo que ser rápida y Sariel ni siquiera debe enterarse que dejé Gala en su ausencia. 


Pasan tres semanas y Sariel sigue sin aparecerse, y yo tengo mi boleto de tren reservado para salir mañana por la tarde. 

Y aunque no se ha parado por el sur, me hace saber que no estamos ni cerca de acabar. Me llegan pequeños recados por parte de Sariel, sobre todo dándome ordenes de irme acostumbrando al distrito de los nobles, de aprenderme las calles y memorizar rutas de escape. Binger vive en ese distrito, y Sariel quiere que lo matemos en su despacho. Para mandar el mensaje de que, si algún otro noble osa rebelarse, puede ser asesinado en el palco de su teatro, envenado en una cena y que parezca natural o en el despacho dentro de su enorme casa. 

Pero claro que no iba sola, Reiner me acompaña hasta la Plaza Blanca y ahí me encuentro con Zenya, quién me lleva por distintos caminos hasta el distrito noble y solo regresamos hasta que divisamos la casa de Binger. 

Estiro los brazos mientras caminamos por la acera, el olor a gardenias de la casa por la que cruzamos y el aroma de rosas de la casa vecina se mezclan en el aire. 

Despair (ReinerBraunxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora