Despair (ReinerBraunxLectora)

28

Me sobresalto cuando la puerta se abre, me cubro el pecho desnudo con el suéter, suspiro aliviada al ver a Reiner. Pero él no me ve tan tranquilo, se acerca dando zancadas y se detiene a mi izquierda, sin importarle que estoy desnuda de cadera para arriba. 

-¿Qué te pasó?

-La buena noticia: di la advertencia. La mala noticia: Sariel estaba ahí. 

-No sabe que eras tú, ¿verdad? 

-No, iba con ropa que nunca me había visto usar, cuchillos que nunca me había lanzar. Hasta cambié mi voz. 

Reiner abre el cajón y saca un maletín de cuero color café. Abre el cierre y saca una pomada, empieza a untarme en el costado, me doy cuenta que trata de no acercarse al frente, cerca de donde empiezan mis pechos. Tomo un poco de pomada y me unto en esa área, trato de no reírme cuando escucho su suspiro de alivio. 

-Tendrás que ayudarme con la venda - me dice. 

Le ayudo en la parte de enfrente, a veces me quejo cuando demasiada presión, pero es cuidadoso con su toque, como si me fuera a romper con cualquier brusquedad. 

-Gracias - le digo cuando acaba, me pongo la blusa de tirantes y después el suéter -. No tarda en venir. 

-¿Qué? ¿Por ti?

-No, para cuidar de Javier. Era una trampa - digo -. No vienen por la paz, quieren atrapar a la persona que mató a Sereen. 

-¿Cómo sabes?

-Porque ellos saben que las únicas personas que atacarían a Javier es Marley, y la única razón por la que sería atacado es porque se niega a firmar la paz. Y saben muy bien que Marley ordenó el asesinato de Sereen. Si viniera por la paz, se quedaría en el palacio. Donde estamos nosotros, los "diplomáticos" que buscan la alianza. 

Me pongo derecha y busco un ritmo en mi respiración que no delate el golpe en mi costado. Asiento cuando mi postura no flaquea con cada inhalación. 

-¿Cómo me veo?

-Como si solo hubieras tomado una ducha. 

-Bien - me sacudo la humedad del cabello -. No tardo. 

-Y/N... 

-¿Sí?

Mi voz se amortigua cuando Reiner me abraza, me roda la espalda con cuidado. Exhalo y dejo que el se encargue de mi peso por un rato. 

-Gracias, Reiner - levanto la mirada, la barba empieza a salirle de nuevo. 

Me paro de puntillas y cierro mi mano en su mejilla derecha. Le beso la mejilla izquierda y me alejo de él, le sonrío antes de darme media vuelta. Ni siquiera me doy tiempo de ver su expresión. 

Salgo al pasillo y estiro el cuello mientras camino en dirección al cuarto de Sariel. 

La puerta ligeramente abierta, hay una mancha de sangre en el la perilla y pintura blanca. No me sorprende ni me preocupa, pero se supone que yo no fui quien lo atacó. Inhalo y entro a la habitación diciendo su nombre con un volumen alto, no hay respuesta. 

-¿Ed? - vuelvo a intentar. 

Bajo la mirada y veo unas gotas de sangre en el suelo, recuerdo el corte en su pierna. Cierro la puerta y sigo el camino de sangre hasta una puerta color nuez, la abro y Sariel se congela. Está sentado en el suelo con la pierna sobre la tapa del inodoro mientras se limpia la herida. El hilo de sangre de su mejilla baja hasta su cuello, tiene los inyectados en sangre y un moretón se está formado en la otra mejilla. Mi respiración se acelera y entro al baño, tomo la toalla de manos y la mojo en el lavabo.