Me despierto antes de lo usual, el sol ni siquiera ha salido, la única iluminación es la tenue luz de la lampara de aceite en un escritorio. Aún tengo a Sariel a mi espalda, siento su respiración en mis omoplatos y su brazo está sobre mí. En el buró a un lado de la cama veo la piña que decoré para él, le tengo que preguntar a Zenya que significa ese gesto.
Escucho la respiración de Sariel detrás de mí, su exhalación acaricia mi espalda desnuda, haciendo que se me erice la piel.
Subo mi mano izquierda y la coloco debajo de su mano derecha, acaricio lo largo de sus dedos antes de entrelazar nuestras manos. La nostalgia me pega de golpe, y de repente recuerdo cuando Nadzeya venía a mi habitación después de tener una pesadilla, o cómo yo iba con nuestra madre y me acostaba en sus piernas con tal de sentir sus dedos acariciar mi cabello.
Estar con Sariel me recuerda a esa sensación, y ni siquiera es por Sariel. Su abrazo me recuerda a la seguridad que son los brazos de mi madre, y lo de anoche me recordó que soy merecedora de afecto aunque sienta que no lo soy. Creo que por eso nunca me he abierto totalmente con Reiner, él merece mejor.
Al igual Sariel, él merece más que una mentirosa. Más que la persona que mato a su hermana y aún tiene el descaro de verlo a los ojos.
No quiero que el sol empiece a salir, no quiero que el nuevo día rompa con esta sensación reconfortante de tener a alguien cerca.
Retrocedo un poco y pego mi espalda al pecho de Sariel, acerco nuestras manos a mis ojos y observo la palidez de su piel. Las venas se dejan ver como líneas verdosas debajo de su suave piel. Entonces Sariel cierra sus dedos en mi mano cuando trata de alejarse un poco.
-¿Cuánto llevas despierto? - su exhalación se hace marcada.
-Una hora - me responde con voz ronca.
-¿Cuánto falta para que salga el sol?
-Una hora, tal vez - Sariel acaricia el dorso de mi mano con sus dedos.
-Tenemos que concentrarnos con la misión - digo -. Una vez acabemos con este trabajo, podremos hablarlo y... - Sariel suelta mi mano y la coloca sobre mis labios, frunzo el ceño.
-El día ni siquiera ha empezado, Viera - dice en voz baja -. Solo esta noche, ¿recuerdas?
Baja su mano por mi cuello y acaricia mis clavículas, cierro los ojos y trago saliva. Me doy media vuelta y levanto la mirada, la mano de Sariel recorre mi columna, deteniéndose en la curva de la espalda baja.
No se aparta cuando lo beso, su mano va a mi mejilla y me acaricia el pómulo con su pulgar. Me subo a su regazo, sintiendo la sábana bajar hasta mi cadera. La mirada de Sariel baja por mi torso y no puedo evitar sentirme un poco cohibida, me cubro el pecho con los brazos; él me toma de las muñecas y me acerca, besa mis labios mientras vuelve a recorrer la curva de mi espalda.
Espero que Sariel se equivoque y aún falten horas para que salga el sol.
La primera luz del día nos encontró con la sabana enredada en las piernas y yo recostada sobre su pecho con la respiración agitada. Esa fue mi señal para irme, fue sorprendente como pude despedirme después de haber pasado la noche con él.
Cierro la puerta de la habitación detrás de mí y miro a mi derecha, mis sacos siguen en los sofás, al mirar a la izquierda veo a un cuerpo subir y bajar lentamente en la cama. Voy al baño en silencio y agarro la pijama que cuelga en la regadera, me cambio rápidamente.
Camino a la cama y me subo sin tanta discreción, acaricio el cabello despeinado de Reiner. El portador del Acorzado gira sobre él y me aparto para que no me aplaste las piernas, me sonríe adormilado y me río por la línea de baba seca que baja por su comisura izquierda.
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Despair (ReinerBraunxLectora)
FanficTodos creen que la conocen, que saben a lo que se dedica, pero Viera se ha encargado de ocultarlo lo mejor que puede. Le hace creer a su familia que no hace más que viajar y hacer negociaciones con los países en lugar de ir a matar personas que son...