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Un ardor en mi pierna me despierta, grito pero una punzada en mi cuello ahoga el quejido y sale un lamento agudo. Trato de moverme pero mis manos están atadas detrás de la silla y mis tobillos en cada para de la silla, miro a mi alrededor. La última luz del día entra por una rendija. No tengo idea de donde estoy.

Bajo la mirada, Sariel gira un cuchillo en su mano y veo la punta llena de sangre. No hay emoción en su rostro, me mira como mira a los objetivos antes de matarlo. Bajo la mirada, veo un corte en mi pierna, el terror se apodera de mí.

Te dije que te haría daño, me dice la consciencia. Niña tonta.

Me encojo cuando unos dedos me acarician la mejilla, me giro de golpe y un mechón de mi cabello entra a mi boca. Respiro agitadamente, Roman me quita el cabello de la boca y acaricia mi cuello.

-Es hermosa - dice -. Creo que entiendo porque te gusta, hermano.

Le escupo y estampa su mano en mi mejilla, aprieto los ojos y dejo que el dolor pase. Me quejo como niña asustada cuando me toma de las mejillas, hace presión, haciendo que me lastime con mis propios dientes. Hace que lo mire.

-Si sigues viva es porque tu Ed quiere encargarse de ti personalmente - me suelta, Sariel se pone de pie y Roman le pone una mano en el hombro -. Esta es tu oportunidad de arreglar las cosas, Edik. De vengar a Sereen. En un futuro, podrás decirle a Delphine que hiciste lo correcto después de haberla cagado enormemente.

Roman abre la puerta y el sonido de maquinas de escribir llega a mí, frunzo el ceño. El filo de un cuchillo en mi cuello hace que mire al frente. Es el cuchillo que jamás recuperé de cuando fui a atacar a Javier, me asusto de verdad cuando saca el otro cuchillo.

Se aleja de mí y respiro de nuevo, acerca una silla a mí. Pasea las puntas de mis cuchillos por mies piernas, puedo sentir la tela del pantalón ceder ante el filo.

-Después de ir tu habitación esa noche volví al salón para distraerme - su voz se escucha rasposa y grave, la seriedad en su rostro no flaquea -. Me sorprendió encontrar este cuchillo enterrado en el cuello de una de las Arañas.

-Ed - entierra la punta del cuchillo en mi pierna izquierda un poco, siento mi piel ceder ante el filo y ahogo un grito.

-Idéntico al que una mercenaria me lanzó en un hotel.

-Si sabes desde hace dos días, ¿por qué no me mataste? - ladea la cabeza.

-Porque el contrato me impedía matarte - dice con obviedad -. Necesitaba acabar con el trabajo para hacerlo.

-Fue meses antes de conocerte.

-En el cuarto de Delphine...

-¡No tenía idea de que tenía una hija! - chillo -. Sabes que no leo la carpeta.

-¿Eso te habría detenido? - me mira a los ojos, su respiración esta peligrosamente tranquila -. Dime la verdad, Y/N, ¿eso te habría detenido?

-No - digo.

-¿Y sabes por qué? - sonríe y se acerca a mí -. Porque eres como yo - niego -. Sí, preciosa. Igual de despiadada, igual de asesina. Pero yo soy un poco peor.

-Tú eres mejor que yo.

-Ni lo trates - me interrumpe, coloca el filo del cuchillo en mis labios -. Por eso me quieres, Y/N. Por eso me besaste, por eso tuviste sexo conmigo. Porque yo soy peor que tú, y eso te hace sentir mejor contigo misma.

-No sabes lo que dices - Sariel aparta el cuchillo cuando hablo.

La luz de esperanza que nace en mí se apaga en cuanto su oscura voz vuelve a salir de su garganta.

Despair (ReinerBraunxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora