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-No quiero que vayas.

-Es trabajo, mamá - digo con la mirada baja.

-¿Sabes cuándo vuelves? - niego ante la voz de Steven -. En ese caso no nos queda más que desearte buen viaje, y que todo salga bien para que regreses rápido.

-Steven, no puedes estar hablando en serio - mi madre se gira bruscamente para mirarlo -. No después de lo que pasé.

-Querida, han pasado dos décadas y media. Ni siquiera han de recordarte. Además, no va con los Ignati, va con el rey y la reina.

Gala era un país dividido por una enorme brecha de destrucción, un cicatriz que recordaba la guerra que hubo con Marley hace muchos años, un par antes de que yo naciera. El rey cayó enfermo hace unos diez años, tenía que escoger a uno de sus mellizos para gobernar su amado país. Mandó a su hija, la reina Odessa, a Gala del Sur y a su hijo, el rey Kesar, a Gala del Norte.

Mi madre vivía en Gala del Sur, me dio a luz en una habitación de la enorme mansión de Aleksei Ignati, el galino con él que se casó. Y mi padre, un eldiano sin nombre, iba a verla por lo menos una vez a la semana, aprovechaban cuando iba a hacer las entregas de ropa que le eran comisionadas.

Mi mamá dice que creía estar enamorada, pero que en verdad había sido la sensación de estar haciendo algo que no debía. Ese golpe de adrenalina que te nubla el juicio y lamentas más tarde.

Mi mamá tensa los labios se acerca, me mira con sus ojos avellana y me toma de las mejillas. Me besa la frente, presiona sus labios demás y no me suelta hasta que Steven le pone una mano en el hombro.

-Trae a tu hermana - me dice en voz baja -. Sé que también quiere decirme algo - asiento.

Me doy media vuelta y salgo del estudio de música, mi hermana levanta la mirada.

-Quiere hablar contigo.

-Va a matarme.

-Si yo salí viva, no te pasará nada a ti - su labio tiembla -. Ven a mi cuarto después, ¿sí?

Nadzeya asiente y entra al estudio, cierro la puerta detrás de mí.


Es otoño, definitivamente pasaré invierno en ese país. Gala del Sur era menos frío que Gala del Norte pero seguía siendo frío. Adoro el frío pero no me gustaría morir de hipotermia así que me aseguro de empacar la ropa más cálida que tengo. En Gala del Norte juntaron las fábricas que dan calor a toda esa parte del país con los campos de concentración de los eldianos, en Gala del Sur la tienen más fácil.

Según las cartas del rey y la reina pasaría a lo mucho unos cuatro meses en Gala del Sur y otros cuatro en Gala de Norte, tres de los objetivos estaban en el sur y otros dos en el norte. La historia que se le dio a mi hermana es que saltaría de un lado a otro según como fueran las negociaciones y volvería al tener un sí o un no definitivos. Lo cuál no era del todo mentira.

Puedo asesinar a los cinco objetivos en dos meses, pero aún así tendría que esperar a que ambos reyes firmaran el acuerdo de paz y la alianza. Es por eso que me daré mi tiempo. Estudiaré a los objetivos y trataré de acercarme a los reyes para que una vez haya cumplido el trabajo la firma de papeles se lleve en cinco minutos.

Mi puerta se abre, veo a mi hermana con el ceño ligeramente arrugado. Ella no entra sin llamar antes, estaba tan sumergida en mis pensamientos que de seguro no la escuché.

-Si necesitas más ropa de frío, puedes llevarte mía - dice molesta.

Y eso me molesta a mí, me estaba yendo para protegerla. Claro que no puedo enojarme con ella porque si le digo algo Klaus le rajará la garganta, pero aún así me molesta.

Despair (ReinerBraunxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora