Cap. 53

169 23 5
                                    

Aike casi cae dormido por el cansancio después de terminar llorando por el susto que debió tener en su burbuja, pero al final se mantuvo despierto.

Hasta que el presidente hizo la cena, tomó dos cucharadas de sopa y se fue a dormir no pudiendo más.

Que narices había pasado?

–Fue toda una pesadilla, cadáveres, sangre, ataques... No sabía que hacer para que parara –Explicó el Maestro al haberse ido ya Aike–. Cuando le pregunté que le preocupaba era para que se desahogara un poco, no para hacerle vivir sus peores pesadillas.

–No fue tu culpa, solo intentaste que se desahogara para que estuviera más tranquilo –Intentó calmarlo el presidente frotando su espalda.

Nunca había visto tan afectado al Maestro por una pérdida de control así por un alumno.

Será por que vio las peores pesadillas de Aike en primera persona.

–Yo le hice vivir esas pesadillas que ahora le atormentan... –Negó poniéndose en pie casi de golpe.

–Chao... –Intentó detenerlo el presidente.

Pero su secretaria lo agarró antes de que se levantara dejando ir al Maestro solo.

Desgraciadamente no podía llevarle la contraria, Aike casi es poseído por su culpa y después de eso me secuestraron y tuvo que matar a otros 2...

Pero yo en esto también tenía mi ración de culpa, por mi culpa se fue de casa de los Archer y fue atacado, y posteriormente por mi inepta capacidad de protegerlo se vio obligado a matar a otro.

Me despedí de todos prefiriendo no dejar las tiempo solo a Aike y me metí en nuestra habitación.

Su aura era negra y pesada, estaba encogido sobre si mismo abrazándose y casi temblando.

–Terminaste de cenar? –Preguntó sin moverse para mirarme.

–Si, ya soy todo tuyo –Respondí metiéndome en la cama con él.

En cuanto apagué de nuevo la luz se giró hacia mi y me abrazó con todas sus fuerzas apoyando su oído en mi pecho, como si intentara mentalizarse de que estaba vivo.

Simplemente pude devolverle el abrazo diciéndole todo lo que le hiciera falta que estaba bien, que todos estábamos vivos y que gracias a él estábamos aquí.

Ojalá tuviera algún verdadero consuelo que darle.

     *.     *.     *.     *.

No sabía que hora era, pero cansado de las pesadillas me levanté consiguiendo no despertar a Siro.

En cuanto cerraba los ojos volvía a vivirlo todo sin necesidad de caer dormido.

Lo que no esperaba era ver en el sofá sentado al Maestro mirando al techo.

–No puedes dormir? –Preguntó sin apartar la mirada del techo y con un aura entre violeta, negra y azul.

Creo que era la primera vez en mi vida que lo veía con el pelo suelto.

–No, no dejó de visualizarlo una y otra vez –Respondí con sinceridad limpiándome un poco la cara.

Menuda impresión debía tener de mi que solo hacía llorar.

–Ven, siéntate –Pidió dando unos toques en el sofá para que me sentara.

Obedecí sin quejarme tampoco teniendo nada mejor que hacer.

–Yo quería que te desahogaras para que pudieras estar más tranquilo y centrado en la nueva situación, y en vez de eso casi te hago morir de una crisis, lo siento –Se disculpó con frustración dejando ganar terreno al violeta por encima del resto de colores.

Black (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora