Cap. 22

215 33 0
                                    

–He hecho la cena –Comentó Klari consiguiendo que apartara la mirada de la ventana–. Ven antes de que se enfríe.

Me había hablado desde el marco de la puerta de mi nueva habitación.

Este piso tendría que hacerme sentir más seguro, habíamos conseguido poner todas nuestras cosas hoy al no tener demasiado y los tres estábamos instalados... pero nada más lejos de la realidad era incapaz de no mirar por la ventana con miedo.

Tenía miedo de dormir y tenía miedo de mantenerme despierto...

Toda esta situación al final me hacía tener miedo hasta de mi mismo.

–Aike? –Dudó Siro acercandose también al marco de la puerta encendiendo a demás la luz de la habitación.

Él me había dado mi espacio y se había pasado todo el día con Klari, pero sentía que no me había aclarado nada.

–No tienes hambre? –Preguntó entrando en la habitación y arrimando la puerta antes de caminar hacia mi.

–Un poco –Murmuré aún manteniendo la mirada en el exterior.

Ya habían hecho varios cambios de guardia, hasta que no llegaba el cambio no se movía la persona destinada a este lado del edificio.

–Pues vamos a cenar, Klari hace una sopa de verduras riquísima por lo que me ha dado a probar –Insistió apartando un mechón de mi pelo para ponerlo tras mi oreja.

Por un segundo lo miré para preguntarle cómo lo hacía, cual era su secreto... pero ver sus ojos azules como el mar aún transmitiéndome esa calma me hizo callar mi pregunta.

No entendía como entre mi miedo su presencia y sus ojos me seguían calmando tanto.

Acepté ir a cenar y salimos juntos de la habitación apagando la luz.

Klari tenía algo de acento cerrado, pero sabía el idioma, al menos mejor que la doctora Gilda.

Siro podía hablar con ella como si no pasara nada... y eso era un alivio.

Tener alguien con quien hablar mentalmente estable sería bueno para él... no como yo.

–Yo recojo –Murmuré levantándome primero de la mesa para dejarlos seguir hablando.

Estaban tan absortos en su conversación que no negaron mi oferta.

La cocina era más grande que la de mi casa, era cómodo tener espacio para todo.

–Te tomaste la medicación? –Dudó Siro abrazándome por la espada mientras yo terminaba ya de limpiar los platos.

–En cuanto termine de fregar lo hago –Respondí en bajo sintiendo como dejaba un beso en mi cuello que me hizo hasta temblar–. Y tu?

–Es que nos toca un poco más tarde –Contestó enseñándome su reloj de muñeca como intentando devolverme al tiempo real.

Eran las 10:30 y nos tocaba tomar la medicación a las 11.

No iba a mentir, no me sentía en el tiempo real, todo pasaba extremadamente lento a mi alrededor si no interactuaba con nadie.

Terminé de fregar y Klari se metió en la ducha dejándonos solos.

–Ven aquí, siéntate conmigo –Pidió Siro sentadose en el sofá.

Fui con él al salón, pero ni me senté, me quedé entre el sofá y la ventana encendiendo una lámpara de pie.

Desde aquí no se podía ver a nadie patrullando.

–Cariño –Susurró Siro haciendo que volviera a mirarlo y apartara la mirada de la ventana.

Black (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora