Cap. 2

331 57 3
                                    

Mi único sentimiento ahora mismo era el de coger la cabeza de ese hombre y aporrearla contra la pared más cercana.

Al regresar a la habitación Siro insistió en que estaba perfectamente y nos cambiamos para meternos a dormir de una vez, pero antes se había metido en el baño. Yo simplemente estaba parado frente a la ventana como siempre mirando el exterior. Los pájaros ya se habían ido.

Solo quería destrozar absolutamente todo lo que me recordará que yo no podía irme con esos pájaros.

Alargué la mano notando crecer en mi algo que había conseguido controlar hasta ahora y agarré con fuerza la impoluta cortina de esquisita seda azul y remates plateados.

Y sin pensar tiré tan fuerte y con tanta rabia que rasgué la tela antes de conseguir que se descolgara.

Pero eso no calmó ni lo más mínimo el instinto que estaba creciendo en mi interior.

Solté la delicada tela y arremetí contra la otra consiguiendo el mismo resultado.

Lo siguiente fueron los cojines con el emblema de los Archer bordado. Ni siquiera podía explicar de donde salía la fuerza, solo quería suprimir de mi vida todo lo que me relacionara con mi prisión.

–Aike! Para! –Trató de detenerme Siro al salir del baño viendo como me subía a la cama después de haber destrozado los cojines del descansillo de la ventana.

–NO! –Grité sin controlar mi tono agarrando directamente el gran blasón de cerámica que colgaba con orgullo de la pared sobre el cabecero de la cama.

Siro no pudo hacer nada para evitar que lo hiciera añicos destrozándolo contra el suelo agarrando un trozo afilado y arremetiendo ahora contra el dosel de la cama que no pudo evitar que lo desgarrara antes de lanzar el trozo de cerámica contra un jarrón vacío.

Si solo desapareciera todo ese sentimiento en mi interior que no podía explicar me calmaría.
.
.
.
–Que ha pasado aquí? –Preguntó Gracia una vez consiguieron abrir la puerta que había atrancado en mi torbellino destructivo.

Nada, no quedaba absolutamente nada entero de los Archer. Me sentía respirar como si estuviera vivo de nuevo.

Ni siquiera Siro podía explicarlo, solo se había quedado paralizado en la entrada del baño viendo que no podía impedir nada de lo que hacía.

Sabía, por la sangre que manchada mi pijama en algunas partes que también me había hecho daño a mi mismo, pero me daba igual, ya estaba curado.

–Así hasta esta más bonita –Murmuré tratando de calmar mi respiración.

–Aike, que te ha pasado? –Preguntó Abel impidiendo que Gracia tratara de entrar en la habitación para llegar hasta mi.

–No pude más –Respondí con sinceridad sabiendo que se había terminado, mi fachada había llegado hasta aquí–. Sentía que si no lo hacía me iba a volver loco, no soy un Archer, que actúe como vosotros no significa que lo sea... lo odio... me encerrais y usáis...

Miré a Siro a los ojos y recordé claramente lo que me había dicho en el parque y pude sentir las lágrimas en mis ojos querer salir y demostrarme que no podía seguir destrozándome a mi mismo si no iba a conseguir librarle a él de esta pesadilla.

–No puedo... creía que si conseguía ser fuerte al menos Siro podría irse, pero no... si ni siquiera puedo conseguir eso... por que tengo que seguir fingiendo? Quiero volver a mi casa... ver a mi madre y poder quedar con mis amigos... aguantaría hasta a mi padre con tal de no volver a mirar ni un solo color!

Black (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora