Cuando el rey escuchó el relato de boca de soldados sobre lo que habían visto pasar en aquel viaje y también de la boca de Hendrick, poco le faltó para desmayarse. La mandíbula se le calló al piso del asombro y no pudo más que imaginarse la salvaje escena de su hijo desnudo, en un círculo de sangre, devorando un cadáver crudo como si fuera un perro muerto de hambre. Todos sus hombres e incluso marineros habían declarado lo mismo, y aunque Hendrick había dado los detalles en confidencial alegando que el príncipe le había pedido estrictamente que guardara el secreto sobre lo ocurrido allí dentro, para el rey Arthur aquel secretismo no era problema, Saemira en su momento le había confiado la importancia y los modos que tenían los brujos para con ese ritual entre otras cosas y parte del procedimiento era guardar el secreto entre ellos mismos si aún no lo habían realizado.
El lobo tuvo que dejarle un momento al rey para procesar todo esperando que no se enfadara especialmente con su hijo luego de todo lo ocurrido, aunque claro había omitido la parte en que había tenido sexo salvaje y desenfrenado con el pequeño brujito hasta que ambos quedaron agotados sobre el césped, o más bien hasta que Azael quedó desplomado en el suelo durmiendo mientras él se quedaba a su lado como un buen perro guardián y la energía para un par de rondas más.
Arthur había preferido dejar que su hijo comiera y repusiera un poco las energías antes de verlo, y de paso también él podría tratar de no reaccionar como un padre normal lo haría ante la idea de lo que había hecho y como se había mostrado su hijo vestido con solo sangre, mugre y unas simples pieles ante todos esos hombres. Quería enfocarse mejor en lo feliz y cambiado que había regresado su chico del viaje y en la noticia que debía darle ahora que la fiesta de su cumpleaños de acercaba cada día más.—Adelante hijo, entra —dijo al oír la voz al otro lado luego de tres toques en la puerta.
Los guardias abrieron para él ambas puertas y Azael entró con una sonrisa relajada en los labios y un paso mucho más estable. Había devorado más dos platos bien rellenos de carne de cerdo junto con verduras y además de eso se había comido dos manzanas y un durazno hasta que su hambre se calmó un poco; eso y descansar le había hecho sentirse mejor como para poder volver a caminar sin dificultades, escoltado por su guardia quién se retiró apenas las puertas volvieron a cerrarse.
El brujo sonrió mientras se sentaba en uno de los sillones de la habitación acompañado de su padre, ambos enfrentados para conversar un poco acerca de la travesía. Azael le había descrito a su padre como había sido el viaje desde el castillo, lo lindo y ruidoso del puerto, su recibimiento, el viaje en barco... había tenido algo más de pudor y cuidado al hablar de lo que pasó en el bosque pero sin omitir la verdad, y finalmente le había contado que se sentía diferente y a la vez normal, como si su esencia fuera exactamente la misma pero una parte se hubiera liberado, cambiado y crecido. Era algo bastante difícil de explicar, pero de todas formas lo había intentado lo mejor posible y su padre parecía bastante satisfecho y feliz por él.Pero príncipe no era tonto. Conocía lo suficientemente bien a su padre como para leer sus expresiones, y algo le decía que la charla no se debía solo a su viaje...
—Estás en lo cierto hijo —confirmó el rey apenas su hijo lo preguntó— quería hablar contigo sobre la fiesta por tu cumpleaños...
—¿Qué tiene de especial? Será como cada año papá, todo estará bien.
El rey tomó aire antes de sostener la mano del contrario con cariño paternal pero a la vez seriedad.
—Hijo... Mí querido Azael —empezó como si reuniera coraje— no falta demasiado para que seas mayor y un día deberás ocupar tú el trono, y sabes que por ley debes estar casado para eso, dos deben reinar conjuntamente como lo hacen el sol y la luna cada día.
—Papá-...
—No Azael, por favor escúchame —interrumpió el rey— hasta ahora no te he presionado en lo absoluto con éste asunto, te he dejado dedicarte exclusivamente a los estudios, la brujería y a tu pasión por las posiones y venenos hijo, pero es momento de que busques una mujer a la cual desposar.
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El Príncipe Bastardo [Libro 1]
Viễn tưởngTodo empezó con un llanto... Un llanto que sonaba débil en medio del bosque, pero que fue tan poderoso como para cambiar cientos de vidas, incluyendo a la misma realeza. Pero esta no es la historia de un llanto, es la de un príncipe bastardo. La de...