Capitulo 10

98 10 0
                                        


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



~ ⸙ ~



Pasaron dos días antes de poder ir al cuarto de baño sin ayuda de Jaebum, luego otros dos para tomar un baño con mi pierna cubierta sobre la bañera. Para ese momento, tuve que contener la respiración, y encontré una nueva admiración por Jaebum. Había estado atendiéndome obedientemente sin decir nada sobre mi desesperada necesidad de una ducha.

Suspiré mientras me recostaba y descansaba la cabeza en el borde de la bañera, el calor del agua rodeándome. Jaebum se había mantenido distante, solo cálido en raros momentos de torpe humor. Eran tan breves y secos que a veces dudaba si estaba bromeando o simplemente decía algo para callarme. Cada vez que sentía que ganaba terreno con él, se iba abruptamente y no regresaba hasta que llegaba la hora de esas terribles comidas o una de las deliciosas de Bonnie. No sabía cuánto tiempo pasó antes de escuchar el familiar crujido.

No sabía cuánto tiempo pasó antes de escuchar el familiar crujido.

—¿Jaebum?

Pensaba que no se presentaría hasta la hora de comer, había dejado la puerta del baño abierta. El baño era solo agua, sin burbujas para ocultar mi forma desnuda, aunque no sé por qué era tímido. Miraba con atención mi cuerpo mientras cambiaba mis vendajes y me llevaba al baño. Sus dedos permanecían en mi piel más tiempo, su agarre cada vez más apretado.

—¿Youngjae?

—¿Quién está ahí?

—El sheriff Crow.

Me relajé contra la porcelana.

—Hola. Estoy en la bañera.

—Oh. —El crujido se detuvo—. Siento eso.

—No, está bien. Estoy feliz de verte. —Miré la puerta—. No es que pueda verte...

Rio.

—Sé lo que quieres decir. ¿Cómo te estás recuperando? Quise venir antes, pero hubo un accidente de caza hace un par de días que tuve que atender. Tomó demasiado de mi tiempo. Len, quiero decir, el alcalde Freeman, mordió mi trasero cuando oyó que todavía no había venido a verte.

—Estoy mejor. Pero me gustaría tener mi teléfono.

Tosió.

—Estuve en contacto con tu profesor ya. Le alegra que estés bien. No hubo ninguna otra familia a la cual notificar. Dijo que no hablaste de tu padre y que tu madre murió...

—Genial, pero quiero mi teléfono. —La frustración se filtró en mi voz. ¿Qué le había dicho el profesor Stallings al alguacil? Irritación y petulancia se mezclaron mientras consideraba cuán indefenso estaba bajo el techo Lim—. Quiero mi teléfono. Es mío.

FOREST ||2JAE||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora