"...El hombre que restauraba libros antiguos y cuidó de mi pierna lesionada no era un asesino. Pero del hombre que acababa de ahogarme hasta casi hacerme desmayar, no estaba tan seguro..."
||2Jae||
||Adaptación||
Inicio: 26/08/2020
Fin: 15/11/2021
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~⸙~
Mi espalda golpeó el árbol más cercano, y me deslicé hacia abajo agachado. Rory quedó tumbado boca arriba, con las piernas ligeramente abiertas antes de callarse. Había caído de costado, su cuerpo tendido en el borde de la misma fosa común de la foto de Hyuna.
Mordí el dorso de mi mano mientras buscaba en el bosque y trataba de pensar en una salida. Si podía llegar al claro, tal vez pudiera correr a través de él y a los árboles...
—¿Youngjae? —gritó una voz familiar—. Atravesaré los bosques. No te muevas. Estoy llegando a ti.
—¿Sheriff?
Mis ojos parpadearon de árbol a árbol y luego de vuelta a Rory. Mi desayuno subió a mi garganta con el chapoteo de sangre manchando el terreno nevado. Los pasos que se aproximaban cambiaron mi pensamiento a pelear o volar, y despegué, corriendo a través de los árboles. Zigzagueé hasta el claro y corrí a través del desigual terreno, las hojas muertas de hierba golpeando contra mis piernas.
—Youngjae, ¡detente!
Los pasos detrás se intensificaron. Un terror mortal atrapó mis entrañas y las torció. Puse todo lo que tenía en mis pasos, mis músculos ardían mientras ganaba terreno a la línea de árboles opuesta y a los troncos caídos con un salto descuidado. Derrapando mientras volvía al suelo, perdí el equilibrio y caí duro sobre mi lado.
—¡Detente! —Otra voz delante de mí.
Mierda. Me quedé de pie y me moví hacia la derecha. Otro disparo, y un dolor picante estalló en mi costado. Grité y caí contra el árbol más cercano.
—¡Deja de correr, estúpido! —La voz delante de mí se hizo más fuerte.
Puse mi palma en mi estómago, pero no sabía qué tipo de daño yacía debajo de mi abrigo. Cada respiración era como un puñal, y me hundí sobre mis rodillas, la tierra fría acogiéndome mientras descansaba mi frente contra el árbol de olmo frente a mí.
—Tengo otro puto lío en mis manos. —El alcalde Freeman salió de entre los árboles, con un rifle sobre su hombro.
—Cierra el pico. —La voz del sheriff Crow sonó detrás de mí, sus pesados pasos resonaron en mi mente.
—Solo digo...
—Me importa una mierda. Cierra la boca. —El sheriff Crow me agarró por el brazo derecho y me levantó—. Te acorralamos, ¿verdad? —Me giró y empujó mi espalda contra el árbol, luego abrió mi abrigo y silbó—. Eso es peor que un roce, querido.
