El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)

CAPÍTULO XLVI

Al volver a tierra al día siguiente, aterrizamos en la habitación de Alicia, la cual parecía muy pensativa y se había puesto a juguetear con la daga. Me acerqué a ella para ver cómo estaba.

Esto Alicia. ¿Estás bien?

Sí, es solo que no me creo que esté a punto de cumplir mi venganza y supongo que te lo debo a ti. Gracias, Alex.

De nada supongo pero no hace falta que me las des, te lo debía. Ayer se me ocurrió un plan para acabar con él. ¿Quieres oírlo?

¡Pues claro! ¿A qué esperas?

Está bien, pues te cuento. Yo ahora me iré para casa, supongo que él ya habrá llegado. Al cabo de un rato te llamaré y empezaremos a discutir, entonces cuando cuelgue, le diré a mi padre que estoy harto del plan y que es hora de actuar. Mentiré y le diré que Athan me contó que en luna llena sus poderes aumentarían y que podríamos acabar contigo. Entonces le recordaré que eso será mañana y que te llevaré a la fábrica para una cena romántica a modo de disculpa. Solo que nosotros estaremos allí antes para acabar con él. ¿Y bien? ¿Qué te parece?

¡Perfecto! Él jamás descubrirá que estas de mi lado. ¿Por qué estas de mi lado, no?

¡Pues claro que sí! Sino no te hubiera llevado ante mi abuelo y te hubiera dado un arma que puede matarnos a mí y a mi padre.

¿A ti también puede matarte?

¿Tú que crees? Sirve para matar a cualquiera de nuestro linaje y yo lamentablemente soy uno de ellos.

No lo había pensado....

Tranquila, todo irá bien.-Dije dándole un beso-. Te quiero y espero que me perdones algún día.

Primero ayúdame ya veré que hago. –Dijo sin apartarse y dejándome hacer-. Tienes que irte, hay que poner el plan en marcha.

Está bien, nos vemos luego.

Cogí mis cosas y me fui en busca de mi coche. A esas horas en hotel estaba desierto y pude bajar tranquilo y solo por el ascensor, al llegar al vestíbulo había cierto movimiento, gente que se iba por que sus vacaciones finalizaban o gente que entraba porque estas empezaban ahora. Me camuflé entre los demás huéspedes y salí sin molestar demasiado. Una vez fuera caminé hasta donde tenía aparcado el coche y me metí dentro para empezar a conducir a los pocos segundos. Ya era hora de llegar a casa y poner el plan en marcha.

En un cuarto de hora estaba ya en casa y salía disparado del coche con las llaves en mano preparado para entrar y ver a mi padre. Intenté no pensar mucho en eso porque sabía que sino mi padre me descubriría y Alicia acabaría muerta y puede que yo también. Entré por la puerta y le vi haciéndose un desayuno tardío lo cual me hizo pensar que a lo mejor había alguien más en casa. Me acerqué a él e intenté saludarle de la forma más normal y sincera posible.

Ya estoy aquí. ¿Cómo estás? Se te ve contento... ¿Qué tienes visita?

Perfectamente gracias. No, no tengo compañía. ¿Y tú, que tal?

Muy bien, pase la noche con Alicia. ¿Te aburriste mucho sin mí?

¡Qué va! Estuve con Vicente hasta las tantas, es un buen hombre sabes. Hacía mucho que no lo veía así quedamos para charlar y contarme como estaban los demás...

¿A charlar? Interesante... ¿Y qué te contó?

Si a hablar que pasa. Me explico que le había pedido matrimonio a su mujer y que ahora iban a tener una niña, a parte me explico que los demás han rehecho su vida y que me envían recuerdos.

¿Padre ya? Dale la enhorabuena de mi parte. ¿Y de Clara sabes algo? Recuerdo que en tus cartas decías que era guapísima...

Sí la verdad es que si pero sé lo mismo que de los demás, que me envía recuerdos y que ha rehecho su vida.