CAPÍTULO L

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Mientras esperábamos a que viniera decidimos empezar a comer algo. Tenía que reservar fuerzas para él, matarlo no sería fácil. Estaba tan concentrada que Alex tuvo que darme un golpe en el brazo para que le prestara atención.

¡¡Alicia?! ¿Me oyes?

Sí, es solo que estaba concentrada. ¿Qué pasa?

Te decía que con esa daga no necesitas torturarlo eternamente, con un par de heridas la daga lo tortura por si sola.

¿Cómo?

Tiene una especie de veneno o algo así que hace que cualquier contacto con la sangre y la carne produzca un dolor horroroso.

Eso suena genial, menos trabajo.

Pues si... Shh ya viene.

Al hacerme callar, escuché el sonido de unos pasos acercándose a nosotros, tenía que ser él. Respiré hondo e hice como si no lo conociera.

¿Padre? ¿Qué haces aquí?-Dijo Alex en un intento de sorprenderse-.

Hola hijo, yo... Me tenías preocupado no sabía dónde estabas.

¿No te dije que había quedado? Lo siento... Espera que te presento.- Dijo mirándome-. Alicia este es mi padre Toni, padre esta es Alicia.

Encantado, es un placer conocerte.-Dijo dándome dos besos-.

Igualmente, señor es un placer.-Dije cabizbaja, aguantándome las ganas de estrangularlo-. Su cara me suena. ¿Sale usted por la tele?

No querida, no me gusta mucho la publicidad mediática.

Ah... ¿Y usted a que se dedica?

Yo soy escritor...

¡Que coincidencia mi madre igual! Bueno antes de que muriera....

Lo siento mucho querida, no tenía ni idea...

Tranquilo no pasa nada.-Dije limpiándome las lágrimas que empezaban a salirme-.

¿Quieres un poco de vino?-Le pregunto Alex, para distraerlo-.

Me encantaría. ¿Nos acompañas?-Dijo Toni mirándome-.

Enseguida voy...

Cuando se dio la vuelta, cuidadosamente me saqué la daga de la liga y siguiéndole por detrás aproveché para rebanarle el cuello. Él enseguida se giró para mirarme con cara de odio e incluso se hecho a reír.

Que niña más tonta. ¿A caso no sabes que no puedo morir?

¿Así? Pues Athan no opina lo mismo... ¿Y sabes qué? Incluso me regalo la daga que podía matarte.

¡¿Qué?! ¡Eso no es cierto!

Si lo es...-Dije clavándosela en el corazón y sacándola de nuevo-. Adiós bastardo dale recuerdos a mi madre.

Cogí a Alex del brazo y salimos huyendo de allí. Teníamos que escapar juntos, ya nada podía sepáranos....

¿Y ahora a dónde irás?

¿Cómo que a dónde iré? ¡A donde iremos!

¿Eso significa que me perdonas?

¡Pues claro! Te amo demasiado para no hacerlo. Coge el coche nos vamos.

-¿A dónde?-Preguntó Alex, curioso-.

A donde queramos, somos libres, podemos hacer lo que queramos. Además quiero vivir una buena vida antes de gobernar el infierno y lo más importante quiero pasarla contigo.

Yo también quiero eso para los dos.

¿Pues a qué esperamos?

Nos subimos al coche y pusimos rumbo al hotel donde ya nos tenían las maletas preparadas. Mientras, yo me puse a mirar por el móvil, billetes de vuelo con destino a St. Francis, Nueva Orleans y otras ciudades de habla francesa que visitar. Cuando al fin encontré unos de nuestro agrado los compre y reservé una habitación de hotel en una de las mejores zonas de la ciudad. Habíamos decidido viajar primero a Nueva Orleans así que cuando llegamos al hotel, cogimos las maletas en recepción y nos fuimos para el aeropuerto. Por fin había cumplido mi venganza y ahora era momento de disfrutar la vida terrenal que me quedase...

Cuando llegué a la fábrica ya no había nadie. Entré corriendo y encontré a mi querido Toni en el suelo desangrado, así que hice caso a sus órdenes y me dispuse a llevar el cuerpo a su nuevo escondrijo. Allí tendría que esperar a que Toni despertará en el cuerpo del muchacho y entonces él y yo empezaríamos la venganza de nuevo. La verdad era que no me importaba que cambiara de cuerpo puesto que el chico al que había elegido era bastante guapo, aunque me gustara más el atractivo físico natural de Toni. Le limpié un poco y lo subí en mi coche, conduje lo más rápido que pude e intente que no le vieran. Él despertaría y cuando lo hiciera esa mocosa de Alicia se arrepentiría de haber nacido......

El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora