CAPITULO XVIII

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Llegué a la editorial, le di el libro y me fui a mi despacho y me encontré una caja rojo sangre con unas cintas blancas encima de la mesa. Tenía una nota, la abrí y ponía:

"Es un pequeño regalo para nuestra cena de hoy. Póntelo quiero que mi princesa vaya preciosa.

Atentamente I."

Al quitar la tapa vi un vestido blanco de gasa con bisutería. Era demasiado blanco para mi gusto pero él se merecía eso y mucho más. En mi despacho había un espejo de pared y me contemplé con el vestido aún en la percha. Era precioso. Lo guardé, cogí la caja y me dirigí a la puerta. Me encontré a Julián y me dijo que podía irme a casa si lo deseaba. Se lo agradecí y me fui.

De camino a casa compré todos los ingredientes para la cena: la carne, el queso azul, las patatas, crema de leche y como no mi vino favorito "Sangre de toro".

Me encaminé hacia casa y me puse a preparar las cosas. Puse las patatas en la sartén y me puse a poner la mesa. Coloque el mantel blanco y dos platos, dos tenedores, dos cuchillos, las copas para el vino y por último un par de velas. Fui a la cocina, cogí la sartén y vertí las patatas en una bandeja. Puse la carne al fuego y mientras preparé mi salsa especial de queso azul. Una vez lista la salsa me dirigí a la chimenea y la encendí, me encantaba observar las llamas quemando la madera lentamente. Puse la comida en la mesa y me fui a arreglar. 

El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora