Abrí la caja con el vestido dentro y me lo enfundé lentamente. Me recogí el pelo en un moño y me puse la cinta blanca. Después al colocarme mis tacones blancos fui a maquillarme. Me teñí los labios de rojo y me ensombrecí mis ojos con sombra plateada y por último me puse unos pendientes que eran unas alas negras. Ya estaba todo listo solo quedaba que él apareciera y servir el vino. Serví el vino y esperé a que viniera. Al cabo de un rato apareció guapísimo aunque este mal que yo lo diga. Llevaba un tejano negro y una camisa blanca. Se acercó y me besó la mano.
-Buenas noches mi Lady.
-Buenas noches... ¿Nos sentamos a cenar?
- Por supuesto.
Transcurrieron unos minutos en silencio mientras saboreábamos la cena.
-Está delicioso ¿La salsa la has hecho tú?
-Claro que sí. Por cierto ¿Y esa máscara?
- Si descubres quien soy se pierde todo el misterio.
- No vale... Eres malvado.
-Que es justo lo que te gusta de mí.
- Puede ser... Pero aun así me gustaría ver más allá.... ¿Y a ti que te gusta de mí?
- ¿De ti? Todo, tienes una belleza pura e inigualable además de tu brillante inteligencia y talento a la hora de escribir, eres mi princesa de las tinieblas.
- No sabía que eras tan romántico. _ mi cuerpo no albergaba lugar para tantas emociones, una parte de mi estaba aterrada por desconocer tanto de aquel hombre, otra parte deseaba con fuerza desvanecerse entre las sombras seguir jugando con el misterio, otras tantas me pedían que fuera real, que no terminará _
-Hay muchas cosas de mí que no sabes.
-Porque tú no quieres que las sepa. _ dije mirándole a los ojos al único punto de luz que revelaba aquella fría máscara _
- Puede ser, puede ser... Voy a darte una pista que en verdad es un regalo.
- Que nervios, qué será...-Dije mientras lo habría-.
Al abrirlo vi que era una historia, un manuscrito escrito a mano.
-El laberinto de las almas perdidas -Susurré sin darme cuenta-.
-Lo he escrito para ti espero que te guste. _ noté como jugaba con sus manos un instante cómo su respiración se cortaba, como sentí de él unas voces que no había pronunciado con palabras, eso brotaba de nosotros _.
-Me encanta muchas gracias – Sin saber porque le besé-.
Al besarla sentí las mismas llamas del infierno en mi boca y más tarde por todo mi cuerpo. Elizabeth me estaba besando y en ese instante sentí que volvería a arder en llamas una y otra vez por verla ahí en esta realidad, en su casa, conmigo....
-Te quiero-le dije-.
-Yo también.
De repente se levantó y puso música...
-¿Quieres bailar?
-Nada me haría más feliz.
Bailamos y por un instante sentí que no existía mundo, que solo estábamos él y yo. Era perfecto me hubiera encantado poder paralizar ese momento y quedarnos ahí para siempre, juntos.
-¿Te quedarás conmigo? _ Aunque algo en mí ya sabía la respuesta necesitaba oírlo salir de él, necesitaba que por unos instantes fuera verdad _
- No puedo ya lo sabes.
- Aunque solo sea esta noche...
- Bueno...
- Por favor...
-Está bien pero solo porque me lo pides tú.
- Gracias ¿Quieres otra copa?
- Si me tomo otra copa más, acabaré haciendo algo de lo que luego me arrepienta...
- Ojala lo hagas.
-Eres demasiado malvada.
- ¿Yo? Que va... Además a ti te encanta.
- No vale engatusarme a traición.
-¿Por qué? Si es muy divertido. No sé tú, pero yo si me voy a tomar otra copa, así no tendrás que ser tú el que se arrepienta.
- Elizabeth, Elizabeth no voy a entrar al juego pero me divierte verte intentándolo.
-Eres muy aburrido, yo solo quería divertirme.
-Está bien, ya sabes que no podría decirte que no aunque quisiera.
Ella me besó y yo seguía sin entender como a aquella musa divina podía gustarle alguien como yo. Ella no recordaba nada, no sabía que tan profunda era mi fascinación por ella y yo sin embargo estaba embelesado dejándola hacer... Brindamos y nos acabamos el vino, todo lo que vino después está un poco borroso...
Me desperté un poco mareada, me levanté de la cama pero no vi a nadie. Me puse mi bata negra de corazones rojos, cuando escuché que alguien cocinaba. Me dirigí a la cocina y le vi a él cocinando unas tortitas con sirope de chocolate y me encaminé hacia él.
-Mmm tiene una pinta deliciosa.
- Gracias ¿Cómo está mi princesa?
- De maravilla aunque creo que no debí beber tanto vino.
- Nada que no pueda arreglarse con un poco de café.
Fui al comedor y observé que el sofá estaba desecho, tenía un cojín y una manta. Lo recogí y me lo llevé a la habitación y lo dejé en la cama. Al regresar al comedor la mesa estaba preparada y el desayuno tenía una pinta deliciosa.
-No tenías por qué hacerlo todo solo...
-Lo mejor para mi princesa.
- Gracias –Dije al darle un beso en la mejilla-. Veo que has dormido en el sofá.
- Si, te quedaste dormida y yo no podía dormir y no quería molestarte. Estabas agotada después de la cena de ayer.
-Bueno no creo que sea la única.
-Sabes que haría cualquier cosa por ti ¿Verdad?
-¿Cualquier cosa?
- Si ¿Qué está pensando esa cabecita tuya? _ Me recordé con las manos manchadas de sangre, los gritos de mis víctimas, sus corazones, el mío... _
-Que te quedes aquí conmigo.
-No puedo ya lo sabes.
-¿Por qué no?
-Es peligroso, podrías reconocerme...
-¿Reconocerte?
-Lo entenderás cuando leas lo que he escrito pero ahora vamos a acabar de desayunar.
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El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)
Mistero / Thriller😈☠️✍️💏🔥🍷💌🔪🔐🔞☣️ A Elizabeth nadie le dijo que tener al diablo en su vida sería fácil, mucho menos como admirador... Cuando todo parece imposible y surge la chispa ¿Estará dispuesta a pagar las consecuencias? Correrá sangre y será tan culpable...