CAPITULO XVI

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Después de leer el mensaje me levanté y me vestí concienzudamente. Escogí un vestido de alta costura rojo sangre y unos zapatos negros de aguja. Después me fui al baño, me maquillé y me evalué ante el espejo. Llevaba la sombra de ojos de color negro y los labios rojos como el vestido. Instantes después y como había dicho el señor I sonó el teléfono. Inconscientemente sonreí y lo descolgué:

-Hola Julián en veinte minutos estoy allí.

-¿Cómo sabías lo que iba a decir?

-Me lo ha dicho un pajarito.

-Entonces te veo en veinte minutos.

-Si hasta ahora.

Sonreí ante la idea de que ese hombre misterioso tuviese razón. Me puse mi colonia favorita y me dirigí a la editorial.

El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora