-¿Tus padres no le han contado acerca de la fiestas?
Preguntó Dinah Hansen, mientras entraba en una tienda de festejos seguida por Camila y Ally.
La castaña les pidió la acompañaran a comprar lo necesario para el cumpleaños número seis de Sofía. No obstante, el favor resultaba ser la oportunidad perfeca para ventilar su pequeño y sucio secreto.
-No, es sorpresa ¿recuerdas?-puntualizó Camila, agarrando de la estantería varias docenas de globos coloridos.
Ally negó, empezando a hablar.
-Siempre es lo mismo; fingen demencia para terminar sorprendiendola con una fiesta "sorpresa"-enfatizó la rubia, jugando uno de esos goblos finos y largos, dándole forma, Ally agregó-, a estas alturas creo Sofi también finge su supuesta impresión.
-Tiene cinco años, Ally. No creo sepa siquiera qué es fingir.-replicó Camila, recogiendo las gaseosas para colocarlas en el carrito.
Ally bufó.
-Es pequeña, no retrasada. Además...
-Allyson.-intervino Dinah a modo de advertencia.
Sin embargo, ésta ignoró el comentario, sacando sus propios conclusiones, añadió como si su amiga no hubiera hablado.
-, además es muy inteligente. Estoy segura si le pregunto me dará la razón.-concluyó, atando con sus dientes la boquilla del globo.
-Conjeturas infundadas, mera suposiciones tuyas.-acusó Dinah, alcanzando a una callada Camila que lanzaba cada cosa que veía al carrito.
El rosto de Ally se llenó de fingida indignación, apresurando el paso dijo.
-¿Quieres apostar?-desafío Ally, apuntandola con el globo-pene que hizo.
Dinah abrió los ojos, mirando a todos lados, demandó.
-Baja esa cosa, hay niños aquí.
Intentó quitárselo, pero la rubia retrocedió.
-Si preguntan, les diré es una espada templada.-dijo, en tanto seguia moviendola sin decoro alguno.-, ¿vas a aportar o no?
Cruzandose de brazos, Dinah achicó los ojos hacia ella.
-No voy a caer en tu retorcido juego.
-Admite te gustaría jugar con mi espada.-volvió a apuntarla y, sin darle tiempo añadió-, al menos acepta tienes miedo de que pueda pasar si tengo razón. ¡Camila puede elegir el castigo¡
Ante el recuerdo, Dinah desvío el rostro en un intento fallido por ocultar la vergüenza y el interés.
-No lo haré porque no tienes razón.
-Si que la tengo.
-Que no.
-Apuesta.-insistió Ally.
-¡No!-acto seguido, Dinah le lanzó lo primero que cogió de la estantería.
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