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Dicen que la realidad supera la ficción, pues Camila lo estaba confirmando de la mano de su amante. Cada esquina, edificio y calle resultaban ser una maravillosa y perfecta vista de Londres por la noche. Aquello, algo asombroso, increíble e incomparable que dejó a Camila fascinada superando todas sus expectativas y sueños alguna vez anhelados.

Los construcciones y esculturas de más de un siglo adornaban las calles, y la arquitectura eran pinceladas de color proyectadas en los diseños agresivos que reflejaban a su arquitecto seguramente muy sabio y famoso.

A Camila se le iba la vista sin lograr mantenerla fija en un solo lugar. Todo era digno de admiración; incluso el niño que tocaba un violín en la salida del Museo Británico; la pieza, Sonatas y Partitas de Bach.

―¿Tienes frío?

Quiso saber Lauren al sentir el leve acercamiento de Camila contra su cuerpo. La tenía abrazada de los hombros en tanto Camila la rodeaba desde la cintura y descansaba la cabeza en la curvatura de su cuello. Camila desvío la vista del pequeño talento y le sonrió a Lauren antes de besarle tiernamente.

Fue un beso donde le trasmitía su agradecimiento por aquel hermoso regalo, pero sobre todo le decía sin palabras que la amaba...aquella muestra de afecto se le estaba haciendo una linda costumbre.

―Un poco, sí.―admitió al separarse.

―¿Qué puedo hacer?―Lauren le preguntó con genuino interés.

A cambio, Camila le dedicó una sonrisa apremiante antes de decir.

―Baila conmigo.

Lauren sonrió al instante y de la mano llevó a Camila donde varias parejas de diferentes edades bailaban al ritmo de la fluida armonía.

Danzaron sincronizadas, compenetrándose entre sí con gestos, miradas y besos arrulladores. Al final de la pieza aplaudieron al chico que con una reverencia expresó su gratitud. Para el pequeño tocar el violín de su madre era la mejor forma de recordarla, sin embargo los aplausos, las sonrisa y unos cuantos centavos siempre serían bien recibidos.

Mientras Lauren dejaba unos billetes en el estuche del violín que se encontraba en el suelo, Camila le dio sus felicitaciones al niño que educadamente y con su perfecto acento londinense le devolvió las gracias gratamente.

―Fue hermoso. Gracias por esta noche, Lauren.

Camila dijo una vez dentro del auto.

―Gracias a ti por compartirla conmigo, Camila―repuso la ojiverde acercándose para besarla―, mañana viajaremos a Oxfordshire quiero conozcas a unas personas.

―¿Alguien especial?―inquirió.

Lauren se quedó pensativa acariciando la suave piel bajo su palma. De pronto un par de rostros llegaron a su mente, entonces expresó con cariño.

―Sí, definitivamente.

Camila asintió para luego acurrucarse en el pecho de Lauren. Era domingo y su paseo por Londres casi terminaba.

Visitaron cada rincón de la ciudad pasando desde El Big Ben, Shakespeare's Globe Theatre, Energy London Eye, la Abadía de Westminster, la Catedral de Saint Paul hasta terminar en un yate bajo The Tower Bridge. Un lugar nuevo y una nueva promesa de amor...una que habitualmente era incitada por Camila, pero que Lauren completaba dándole sentido y valor.

Fueron los mejores momentos de su vida y en compañía de una maravillosa, encantadora y atenta mujer serían inolvidables. Lauren estaba haciendo de cada uno de sus días mejor que el anterior lleno de sueños, sorpresas y aventuras inesperadas.

Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora