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Miami

—¿Latino? ¿qué clase de cumplido es ese?

Dinah comentó, indignada.

Sus palabras eran como ruidosos golpes de campanas que retumbaban en los oídos de Camila, empeorando su dolor de cabeza.

Tomó asiento en una de las butacas frente al mesón. Con los codos sobre éste, sostuvo su cabeza entre las manos.

—Por favor, baja la voz, me matas con tus gritos.—la observó desde su posición—, no recuerdo nada.

—Eso ocurre cuando tomas de más.

Dinah explicó divertida, llevando una taza de café a sus labios y deslizando otra sobre la cerámica para su amiga.

Con el dedo índice elevado, Camila quisó replicar, pero no tenía fuerzas para pelear,  en cambio se arriesgó a preguntar:

—¿Sobre qué hablabas?

—Umm.—bajó la tasa, mordiendo su labio y dando a su amiga una mirada inquisidora.—, acerca de a quién se le ocurre colocar la palabra latino como un intento de cumplido hacia tu nombre.

Camila frotó sus cienes.

—Se más específica, tengo resaca por si no lo notas, mi cerebro no te entiende estando en mis cinco sentidos, no lo esperes ahora.

—Quizás el nombre, Lauren Jauregui refresque tú memoria.—la enfrentó directamente.

—Ash—se quejó ésta—, no conozco a nadie con ese nombre, Dinah.

La rubia rodó los ojos, cruzandose de brazos, intentó de nuevo.

—Veamos, ¿la chica del correo?

De pronto, Camila alzó la cabeza. Fue tan busco el movimiento que provocó un dolor insoportable en su cerebro. Miro a su amiga con los ojos bien abiertos mientras volvía a  sostener su cabeza. Se sentía mareada.

—No me mires así, Camila. No me dejaste opción. No parabas de hablar de eso.—la estudio con sus claros ojos.—¡Lo recuerdas!—la apuntó con un dedo.

—¿Qué?, no.—se defendió apresuradamente, buscando una distracción inmediata.—, yo no pude....un momento.—achicó los ojos y preguntó lo obvio—¿qué haces en mi departamento?

Su amiga soltó una risita detrás de la tasa de café.

—Listilla, me quedé porqué no quise dejarte sola. No iba a arriesgarme a que salieras de nuevo e hicieras un show de stripper frente a un montón de babosos pansones. —se estremeció ante el último comentario, pero continuó—, y no cambies el tema ¿quién es ella?—exigió saber.

Camila tomó un sorbo necesario de café el cual quemó su garganta, no fue la temperatura, más bien fue por lo fuerte y amargo que éste estaba. Se resistió a escupirlo fuera.

—Éste es el peor café que he probado.—expresó con una mueca de asco. Incorporándose, caminó hacia el refrigerador—, necesito agua, helada.—recalcó.

—No, lo que necesitas está en esa tasa.—insistió la rubia.—, le he agregado miel para contrarrestar lo amargo del limón y el huevo, pero funciona. Es la receta de mi abuela, creeme...—se detuvo al darse cuenta divagaba. Negó, volviéndose hacia Camila—, contesta mi pregunta, Karla.

Karla, odiaba cuando la llamaban así, aunque éste fuera su primer nombre. Rodó los ojos, tomando un largo trago de agua.

—Esa cosa es asquerosa.

—Camila.—advirtió Dinah.

Empezaba a molestarse de verdad. Se preguntaba si tal Lauren Jauregui era tan importante como para negarse a hablar de ella. Entre Camila y ella no habían secretos. Su advertencia funcionó.

Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora