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"En el mundo del BDSM; el AMO debe ser para su Sumisa, un amigo, un aliado y un apoyo. Alguien en quien confíe, alguien a quien cuenta sus más íntimos secretos, alguien a quien le llore cuando nadie puede verle llorar, alguien a quien pueda pedir consejo, alguien a quien siempre tendrá consigo...

...los AMOS/AS son persona antes que nada, si tienen la suerte de encontrar a «su sumisa», nada ni nadie será tan importante para ellos/as como su sumisa. La sumisa es como su tesoro; deben de apreciarla, cuidarla, velar por su seguridad, consentirla y ante todo, tienen que influirle confianza."

Sobre la base de una de las existentes reglas de oro en el BDSM, Lauren encontró en su mente un poco de claridad imaginativa.

El vuelo de regreso se había retrasado un día, pero aun así aterrizó la madrugada del sábado en el Aeropuerto Internacional de Miami, con una idea brillante de cómo pasar el fin de semana junto a Camila, la misma idea resultaba ser igual de impulsiva y descabellada. Al llegar a su condominio en la torre THE SETAI se dispuso a organizar la cita con la castaña y, al cabo de unos minutos todo estaba arreglado para la mañana. Satisfecha, se fue a la cama; dentro de unas horas haría realidad una de sus mejores fantasías.

También sería una nueva prueba donde se demostraría a si misma podía retener a su sumisa más tiempo que solo unas cuantas semanas. No cabía duda de lo mucho que deseaba a Camila y, de lo que estaría dispuesta a hacer para complacerla y tratar de sobremanera su acuerdo funcionase. Quizás y lo único que la atosigaba, era la posibilidad de que Camila en algún momento de su relación le exigiera un vínculo más allá del sexo pervertido.

*

―Señorita, déjeme su chamarra, por favor.―pidió cortésmente un hombre vestido de marino una vez estuvo en la cubierta del barco.

Camila le agradeció el gesto con una sonrisa, deparando en el acto sobre su chaqueta blanca la cual llevaba impregnada de insignias, dejando en claro él era el capitán del barco.

―Gracias.―repuso Camila entregándole su chamarra.

Sin embargo no pasó mucho tiempo hasta que sintió la presencia de Lauren junto a ella que al ver el acto de educación del capitán, le enlazó la cintura con un brazo posesivo; seguramente Lauren había interpretado aquel gesto con otras intenciones más que simple cortesía. Traspasándolo con la mirada, la ojiverde, con la voz bañada de enojo, dijo.

―Capitán Malik.

―Señora Jauregui, bienvenida.―repuso él, en su habitual tono de mando.

Acto seguido estrecharon sus manos y moviendo la vista hacia Camila, Lauren expresó.

―Capitán, ella es mi acompañante, le señorita Camila Cabello.

En esta ocasión no hubo presentación con manos, solo un tímido y respetuoso asentamiento de cabeza. Tras las muestras de cordialidad, el capitán Malik se escabulló a la cabina de mando mientras que sus dos únicas tripulantes fueron de la mano a la cubierta principal.

―¿Te gustó la sorpresa?―quiso saber Lauren tomando asiento frente a la castaña.

Aunque había navegado en incontables ocasiones, Camila, ni en sus más locos sueños se imaginó hacerlo en tan majestuoso navío. Sí que estaba sin palabras, presa de la fascinación y el asombro en el que se hallaba tras enterarse que, en el algún momento de su locura, Lauren había decidido obsequiarle aquel yate.

Luego de la impresión, Camila expresó su opinión respecto al tema.

―Es hermoso, Lauren.―admitió a su pesar antes de completar―, sin embargo, sigo pensando es un absurdo me lo hayas regalado.

Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora