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Lauren y Camila tocaron puerto poco después de las seis de la tarde, iban de la mano y mientras avanzaban los turistas (mayormente hombres) miraban a la pareja con cierta curiosidad y envidia. Más de uno se le quedaba viendo a la castaña con ojos ardientes de deseo, no se podía negar su especial belleza y la atención que ésta merecía, pero sin embargo fue la primera vez que a Lauren le mortificase los demás pretendieran lo que consideraba suyo.

Esto, otra novedad más sumada a la lista de revelaciones desterradas de su ser. Camila era así de especial y grieta a grieta estaba logrando romper la barrera de lo imposible en Lauren.

Al final del recorrido del largo puerto, Jeremy; el chófer latino de Lauren las esperaba con la puerta desplegada, una vez ambas mujeres estuvieron en el cómodo interior del auto no pasaron muchos minutos hasta que se hallaron en la carretera de regreso a la torre de Lauren. Camila suspiró, al tiempo que apoyaba su mejilla en el hombro de la otra mujer, ella podía percibir el agotamiento y la ligera molestia en su cuerpo anteriormente usado como objeto sexual por dos exigentes dominantes.

Sin embargo y contra toda incomodidad, ella también sentía un profundo sentimiento de tranquilidad y plenitud, como si el dolor y el placer que hubo experimentado la hubiesen puesto en un trance irracionalmente acogedor y confortable. Después de todo, aquella bizarra relación con Lauren Jauregui tenía más pros que contras, pero posiblemente solo bastaría uno de esos contras para derrumbar a sus contrincantes disfrazados de encanto; Camila era presa fácil del amor y su corazón estaba expuesto a otra probable ruptura una vez Lauren se aburriese de ella.

Camila no podía imaginar siquiera en la posibilidad de que Lauren la desechase con el corazón herido nuevamente, no lo pensaba porque no sabría qué hacer o cómo reaccionar. Al menos no debía preocuparse de momento, no ahora mismo, pero tenia plena conciencia ese día llegaría tarde que temprano, entonces solo cuando aquello ocurriese lo tendría que afrontar aunque ella misma se derrumbase en el intento.

Con un renovado suspiro, Camila se apartó esta vez, moviendo la mirada a los ojos curiosos de Lauren que la observó detenidamente sin articular palabra alguna. Durante un período lo bastantemente duradero como para que Camila se ganase una ceja negra alzada y una mirada interrogante, Lauren la invitó a expresar sus pensamientos. Entonces apenada, Camila desvió la mirada, a estas alturas resultaba tan transparente ante la otra mujer.

A duras penas consiguió sostenerle nuevamente la vista y sonrió vencida antes de interrogar.

―¿Por qué lo hiciste?

La pregunta desprevenida hizo a Lauren enmarcar incluso más aun su ceño, pero antes de lograr decir nada, Camila agregó.

―Quiero decir, sobre lo que sucedió en el barco con el capitán Malik, dejaste otra persona me tocara de esa forma cuando habías asegurado lo contrario.

―Porque tú lo querías.―dijo Lauren sin inmutarse.

Pero Camila no logró ocultar su sorpresa, parpadeó varias veces para después decir.

―¿Dejaste él me tocase porque yo lo quería?

―No puedo encontrar mejor explicación, Camila. Sabía te excitaría la posibilidad de ser tomada por nosotros dos. Puedo leer tu lenguaje corporal, cuando él te tocó tú pulso se elevó de inmediato y tú respiración se aceleró; lo deseabas y te lo di.

¿Podría ser más aterradora y encantadora a la vez? Aquella respuesta era suficiente para Camila puesto que era una verdad que no podría haber sido mejor declarada.

―Gracias.―expresó genuinamente―, no sólo por Malik y los cuidados de mi cuerpo, sino también por los recuerdos.

―Por nada.―devolvió Lauren tomándole la mano para depositar un beso en la cara interior de ésta, acto seguido bajo sus manos entrelazas a su regazo.

Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora