La primera señal que tuvo Vernon Dursely de que iba a ser un mal día fue cuando fue a recoger al sobrino de su mujer -siempre pensó en Harry de esa manera, como sobrino de su mujer y gracias a Dios no propio- a la estación. Odiaba tener que tomarse el tiempo e ir a buscar a Harry, pero entonces, odiaba más o menos cualquier cosa que tuviera que ver con el pequeño y desagradable imbécil. Y Harry llegaba tarde.
Y cuando encontró al estúpido patán, se horrorizó. Por un lado, había crecido este último año. ¿Qué le habían dado de comer en ese lugar de Hogwarts? Era, para gran disgusto de Vernon, más alto que él. Más alto que Dudley. Seguía siendo flaco y de aspecto estúpido, pero no estaba bien que fuera más alto que ellos. No estaba bien.
Él también se había convertido en uno de esos. Los adolescentes modernos con su pelo ridículo y su ropa escandalosa. Su pelo era un desastre: largo, casi grasiento, y le colgaba en la cara. Ocultaba la cicatriz, pero eso no era una mejora. Llevaba su albornoz o algo así, sobre unos pantalones negros y un jersey negro. Tenía un piercing en la oreja y de él colgaba una bolita con alas.
-¿Podrías ser una mayor desgracia? Te vas a cortar el pelo-, fue lo primero que le dijo al mocoso. ¿Y sabes lo que le respondió el mocoso?.
-No, no lo voy a hacer-.
-Ya lo veremos-, juró Vernon Dursley, y esperó mientras el baúl y la odiosa lechuza eran cargados en su coche. Decidió conducir directamente a casa y dejar que Petunia viera lo que se le había ocurrido al pequeño horror ahora, y llevarlo a cortar el pelo más tarde. Además, quería su cena.
Así que llegaron de nuevo al número 4 de Privet Drive y Petunia estaba, en efecto, debidamente horrorizada por el aspecto de Harry. Dudley se burló de él, Harry el Peludo, pero Harry apenas pareció darse cuenta. En la cena, cuando Dudley se llevó las dos chuletas y no dejó ninguna para Harry, le clavó una mirada verde y se encontró entregando una de las chuletas a Harry sin entender siquiera qué le había llevado a hacerlo.
La comida fue poco inspirada, la conversación en su mayoría comentarios esporádicos de Petunia a su marido. Cuando apartó su plato, Vernon anunció que iba a llevar a Harry a cortarse el pelo, y que si éste armaba un escándalo, se lo cortaría él mismo.
Harry dijo: -¿Para qué molestarse? Volverá a crecer. Al instante. He hecho una poción para eso-, añadió. Y mirando las caras frustradas de sus tíos, añadió: -Me estoy volviendo bastante bueno en pociones-. Y entonces sonrió. Sus amigos habrían reconocido la sonrisa, aunque nunca la habían visto en el rostro de Harry. Era puro Snape.
No fueron a cortarse el pelo.
La tía Petunia no le ordenó que limpiara y lavara los platos.
Probablemente podría haber puesto cualquier programa que quisiera en la televisión, pero descubrió que ya no tenía mucho interés en el entretenimiento muggle. Subió su libro a la habitación que usaba y que habían pintado de un feo color chartreuse mientras él no estaba y leyó hasta que se cansó. Luego se tumbó en la cama en la oscuridad y contó los días. Este era el último verano que tendría que quedarse con los Dursley. Setenta días y volvería a Hogwarts para cursar su último año.
Iba a ser un verano muy largo. Y un año muy largo. Pero se entretenía pensando en Severus. Su recuerdo favorito ahora mismo era cómo había mirado Severus aquella noche cuando Harry se había agachado y lo había sacado del estiércol, cómo sus ojos se habían encontrado y lo que Sev había dicho con esa voz maravillosamente sarcástica que tenía.
-Mi héroe-. Habían salido del barro y Severus había vertido la Poción de la Muerte Verdadera sobre lo que quedaba de Voldemort.
Luego regresaron caminando uno al lado del otro, con la lluvia pegándoles el pelo negro a la cabeza y limpiando el barro, la sangre y la suciedad. Sólo dejaron unas pocas cenizas húmedas tras ellos.
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LOVING POTIONS
FanfictionVoldemort intenta llegar a Harry con una poción de amor. Es contraproducente. La mayor parte de la acción tiene lugar en una conferencia de pociones. La historia incluye el tradicional Snape, saca a Harry de la escena de los Dursleys. ...