Llegaron al callejón Diagon y entraron en una tienda que era nueva para Harry. El hombre que se acercó a ellos estaba impecablemente vestido y era muy educado. Consiguió ser bastante altivo, a pesar de ser considerablemente más bajo que Harry. Snape dijo que estaban interesados en las túnicas para el joven. Los ojos pálidos recorrieron el cuerpo de Harry de arriba abajo.
-¿Gama de precios?-, preguntó el hombre con brío, y se lo preguntó a Snape, según notó Harry, y no a sí mismo.
-Moderado-.
-¿Para la escuela?-, sugirió el hombre.
-Y para los negocios-.
El hombre se apartó, para volver un momento después con una pila de túnicas. ¿Quién iba a saber que había tantas variaciones de la túnica negra básica? O que hubiera tantas pequeñas comodidades que él no conocía. Había una docena de maneras de guardar una varita, un número igual de tipos de bolsillos para el dinero y los pergaminos. Se desnudó hasta la ropa interior en el gran vestuario y sólo tuvo que quedarse muy quieto y las túnicas aparecieron en su cuerpo una a una. Si decía que las mangas eran demasiado largas, un momento después llevaba una con mangas más cortas. Se preguntó si se había modificado en un abrir y cerrar de ojos o si se trataba de una túnica diferente.
Severus Snape se sentaba en una silla de respaldo alto a un lado de la habitación y opinaba de vez en cuando, pero la mayoría de sus comentarios eran negativos. -Esa no-, dijo definitivamente, varias veces. La prenda desaparecía y era sustituida por otra.
Harry terminó con tres túnicas escolares y dos túnicas de vestir nuevas, dos camisas muy finas y dos pares de pantalones. Severus lo pagó y Harry dijo, con bastante firmeza: -Pasaremos por Gringott's-.
Snape se encogió de hombros y se dio la vuelta para irse. Harry se volvió hacia el hombrecillo que nunca se había presentado y al que Harry no se había sentido en absoluto cómodo preguntando y dijo: -También necesitamos algo para Severus. No negro-.
-¿Negro no?-, dijo el hombrecillo, en un tono que sugería con toda cortesía que seguramente el joven había perdido la cabeza.
-Algo verde muy oscuro. O azul-.
-No creo que...- comenzó Snape, pero Harry lo interrumpió.
-Para mis ojos-, dijo. Miró directamente a los ojos negros de Severus: -En casa-.
-Muy bien-, dijo Severus, rompiendo el contacto visual. Harry se sentó en la silla. Era mucho más ruidoso en sus opiniones, y de hecho tuvieron una discusión, pero al final, Severus sí tenía una túnica en azul noche, y otra en el verde más oscuro de Slytherin.
Arreglaron el envío de la ropa al hotel y fueron al banco. Se separaron en la puerta después de acordar que volverían a encontrarse allí en cuanto terminaran sus transacciones. Harry se sintió un poco extraño, porque nunca había retirado una cantidad tan grande. Por alguna razón se sintió nervioso por ello, y no porque fuera mucho. Era, decidió, que nunca le había parecido realmente suyo. Suyo para usar, pero no realmente suyo. También se atrevió a preguntar por qué parecía haber más en su bóveda cada vez que la visitaba, y fue conducido a una enorme y lúgubre oficina donde dos duendes, tan parecidos como si fueran gemelos, se sentaban en un escritorio de socio de dos lados.
-No prestas atención-, retumbó uno para sí mismo, mientras el otro sacaba un largo pergamino de debajo del escritorio. ¿Estaba hablando con su compañero o con Harry? No estaba nada claro.
-¿Lo ves?- El pergamino se desplegó. -Por supuesto que hay más. Son los legados-, señaló el otro duende con una voz igualmente rumorosa.
-¿Los legados?-.
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LOVING POTIONS
FanfictionVoldemort intenta llegar a Harry con una poción de amor. Es contraproducente. La mayor parte de la acción tiene lugar en una conferencia de pociones. La historia incluye el tradicional Snape, saca a Harry de la escena de los Dursleys. ...