LOVING POTIONS

Capítulo 16: In Which Harry Hosts His First Dinner Party

-Arriba-, gruñó Snape con la voz que solía utilizar para quitarle puntos a Gryffindor. Puede que se dirigiera a Harry, o a todo el grupo, pero cuando se giró de inmediato y se dirigió hacia las escaleras, no hubo ninguna aclaración. Harry lo siguió y en una fila el resto del grupo fluyó tras él, y no se podía negar que todos los demás en el vestíbulo observaban con ávido interés.

Había sillas y asientos para once en la habitación si tres de ellos se acomodaban en la cama, pero nadie parecía estar interesado en sentarse. En su mayoría insistían en hablar todos a la vez y agitar los brazos. El volumen subió hasta el nivel de los gritos en pocos minutos. En medio de todo eso, Hedwig miró a su alrededor, ululó su opinión y salió a la luz del día, que si le hacía daño a los ojos, al menos le ahorraba sus delicados oídos de lechuza.

Severus dio un fuerte golpe en la mesa y dijo: -Si me permiten su atención-. Como la mitad de los presentes sabía exactamente lo que significaba que el profesor Snape dijera "cualquier cosa" en ese tono de voz, y se calló, también inspiró una tendencia general al silencio en el resto.

-Gracias. Ahora, si todos hacen el favor de tomar asiento, podemos seguir con el asunto que nos ocupa. Sea lo que sea que resulte ser. Black. Siéntate. Y cállate-. Sirius Black aún no había sido capaz de formar una sola palabra y, de hecho, estaba gruñendo. Se sentó, pero sólo porque Arthur y Molly Weasley le cogieron del brazo y tiraron de él.

-Gracias. Harry, esta gente no está aquí para escucharme. Por favor, aborda el tema. Sucintamente-.

Puestos en aprietos, el ingenio de Harry lo abandonó por un breve momento, y lo único que pudo hacer fue mirar fijamente, pero luego reunió sus pensamientos y dijo: -¿Quieres ver mi tatuaje?-.

Lo cual fue, posiblemente, una de las cosas menos útiles que podría haber dicho, pero le pareció que el quid de la cuestión estaba más o menos escrito allí, en su brazo. Se subió la manga de la túnica y se puso a la luz para que todos pudieran leer claramente el Harry Loves Sev impreso allí.

Severus se vio obligado a tomar su varita, convertirla en un mazo de tamaño considerable y golpear con fuerza la mesa. -¡Caballeros! ¡Y señoras! Potter, eso no era exactamente lo que tenía en mente-.

-No, Severus-, dijo Potter con voz razonable, -creo que lo dice todo. Te quiero, lo que decía en la carta, y vamos a pasar el verano juntos-.

Esta vez, Snape tuvo que machacar durante medio minuto antes de que se callaran. Se alegró de los hechizos de silencio que había puesto el día anterior; al menos el hotel no enviaría a alguien a ver a qué venía todo el alboroto.

-Harry, es sólo la poción-, dijo Hermione.

-¿Estás loco?- preguntó Ron.

-Sabes que podrías haber acudido a nosotros-, dijo Molly.

-¿Estás bien?- añadió Arthur.

-O podrías pasar el verano con nosotros, querido, los amigos de Hermione siempre son bienvenidos-, dijo la señora Granger, y su marido asintió y añadió: -¿Cómo están tus dientes, hijo?-.

-¿Cómo pudiste?-, comenzó Fred, y George terminó la frase, -¡con Snape!-.

Sirius se limitó a gruñir un poco más fuerte.

-Black, si me muerdes, te vas a arrepentir-. espetó Snape. Se le ocurrió que había demasiados Weasley aquí y que no le servía ninguno.

-Harry, querido, creo que deberías venir a casa con nosotros-, le dijo Molly a Harry en voz baja. -Sólo hasta que todo esto se solucione-.

-Molly-, dijo él, y se sintió extraño llamarla por su nombre de pila, pero le pareció correcto hablarle como un adulto y un igual y lo hizo. -No hay nada que resolver. Estoy en casa. Vino a buscarme y me trajo a casa-.