Capítulo 8: Some of Which they Spend in Bed

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Resultó que una Floo House era una especie de terminal de transporte, un edificio de piedra con muchas chimeneas. Se hacían tantas casas modernas sin chimenea que a veces era más fácil usar la Casa Floo cuando se iniciaba o terminaba un viaje que no tenía una terminal de fuego en un extremo. Snape se lo explicó, lo acompañó en el procedimiento de identificar el destino, comprar el polvo floo y meterse en el fuego.

Salieron de una enorme chimenea y entraron en el elegante vestíbulo de un hotel. Casi todos llevaban túnicas de mago y se volvieron y miraron fijamente cuando llegaron los dos hombres vestidos de muggles. Snape ignoró las miradas y los susurros con su habitual frialdad. Un conserje se acercó y se llevó el baúl, la lechuza y la escoba. Severus se dio la vuelta y dirigió el camino hacia una larga y ancha escalera.

-¿Dónde estamos?- Preguntó Harry Potter, mirando la fina alfombra, con la mano en la barandilla de latón y caoba.

-En Highmoor. Hay una conferencia aquí al final de la semana a la que quiero asistir. Tenemos una habitación-.

Nosotros. Tenemos una habitación. Un escalofrío recorrió la espalda de Harry.

Snape sacó una llave de plata y le mostró a Harry cómo prepararla, y le dejó abrir la puerta. -Quédate con la llave. Yo tengo la mía-, dijo Snape, y lo siguió dentro.

-Esto es bonito-, dijo Harry. Era una habitación grande, toda ella decorada en marrón, azul y crema, y con toques de negro, con gruesas alfombras en el suelo y paisajes enmarcados en las paredes. Había dos largos ventanales con elaboradas cortinas de terciopelo. En una esquina había una mesa y cuatro sillas de pesada madera pulida, en otra un largo sofá y dos sillones agrupados para conversar. En el otro lado de la habitación había una gran cama.

Una cama grande. Y sólo una. Los ojos de Harry se abrieron de par en par, y miró a Snape.

Hedwig estaba allí en su jaula, y su baúl estaba contra la pared cerca de la cama, con su escoba encima. -¿Aquí es donde nos vamos a quedar?-, preguntó. Se acercó y abrió una puerta. El baño. Qué bien. -Creo que vamos a tener que hablar de dinero. Y... de todo-.

-Hablaremos-, aceptó Snape. -Más tarde-.

-Más tarde-. Harry se acercó a la ventana y miró hacia afuera. -Estoy nervioso-.

Snape se acercó detrás de él. -Yo también-. Alcanzó a Harry y cerró las cortinas.

-¿Por qué tienes que estar nervioso tú? Al menos has hecho esto. Antes-. Harry levantó la vista, dándose la vuelta.

Los largos dedos de Snape subieron y recorrieron el borde de la cara de Harry. -Oh, lo he hecho. Pero nunca antes con... tú-. Estaba claro que iba a decir una cosa y cambió a otra. Tiró de Harry para que se acercara.

-¿Nunca qué?- preguntó Harry, y sus propias manos subieron para posarse en la cintura de Snape.

Snape se apartó un poco. -¿Estás preparado para hacer esto? ¿Ahora?-.

-Sí-.

Los dedos de Snape se deslizaron por el pelo de Harry, tirando de su longitud. Largo, pero no tanto como el suyo. Consideró a Harry por un momento y luego le dijo: -La primera vez es terrible-.

-¿Terrible?- Harry repitió con inseguridad.

-No importa. Como mínimo, incómoda. Por lo general, algo corta y muy a menudo, dolorosa. Vergonzoso y cargado de dificultades. Acabaremos con ello-. Snape volvió a pasar los dedos por el pelo de Harry. -¿Entiendes? Empezaremos poco a poco. Con lo básico, antes de pasar a... técnicas avanzadas-.

-¿Como en la clase de pociones?- Preguntó Harry, divertido.

-Espero que muestres más aptitudes en el dormitorio que las que exhibías en el aula-.

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