2.

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—¡Carlos! ¡Aquí!— gritó animadamente Euge desde una mesa en el fondo del restaurante, Carlos salió disparado a abrazarla y darle un beso en el cachete, uno estruendoso.

—¡Te extrañe!—susurro Carlos. —No sabía la falta que me hacías hasta ahorita que te veo.

—Ya ves, para que me aprecies—sonrío Euge.

—Y bien, ¿Dónde quedó el afortunado?—preguntó finalmente Carlos, la respuesta que estaba esperando desde hace tiempo ya.

—Ah, si, en cualquier momento llega, se le hace tarde siempre, es muy distraído, pero ya tu lo sabrás—guiñó el ojo sutilmente

—¿No me dirás quien es?

—¿No puedes esperar 5 minutos más?—reprochó, Carlos estaba a punto de contestar esa pregunta cuando alguien los interrumpió.

—¡Carlos! Mucho gusto.— lo saludó Charles.

—¡Charles! Qué tal, ¿qué haces por acá? Que pequeño el mundo toparnos en el resta...—dejó de hablar al darse cuenta que no era ninguna coincidencia haberse topado, que no se había acercado a saludar, sino que era la pareja de Eugenia. De SU Eugenia. De SU mejor amiga.

Charles sonrió y depositó un beso pequeño en los labios de Eugenia, para después tomar asiento a un lado de ella.

—¿Cómo se conocieron? La pregunta del millón de dólares diría yo.—preguntó seco Carlos, sentía como si lo hubiesen engañado.

Eugenia soltó una risita y tomó la mano de Charles.
—Nos conocimos hace años en Mónaco cuando estudiaba allá, pero apenas hace dos años nos topamos de nuevo en Italia ya que él está viviendo allá por todo eso de Ferrari, y apenas el año pasado empezamos a formalizar nuestra relación. Nadie sabe todavía, queremos mantenerlo secreto. No queremos medios de por medio.

Carlos tomó y entendió cada una de las palabras y todavía no hacía click en su cabeza toda esa información.

—Pero mira Carlos, lo bueno es que ahora vamos a vivir todos en el mismo país—jugó Charles a lo qué Carlos no pudo ni disimular la cara que traía.

—¿Y donde está Isa? Pensé que la traerías—preguntó Eugenia.

—¿Quién?–soltó confundido Carlos. —Ah, Isa, perdón, se sintió mal de repente y no pudo asistir, pero se que estará más que contenta que hayas encontrado a tu media naranja diría ella.

La pareja sonrió y se miraron a los ojos, como si guardaran un pequeño secreto que solamente ellos saben.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora