7.

2.3K 103 4
                                    


Eugenia no podía parar de admirar el anillo en su mano, parecía irreal. Nunca pensó estar en esa posición tan rápido, y le revolvía el estómago de nervios y emoción, no sabía si estaba bien o mal, pero cuando miraba el anillo y después a su prometido, sabía que todo estaría bien.

—Ay, que se casa Eugenia, no lo puedo creer Alejandro–empezó a chillotear su madre, le había dicho las noticias por videollamada pues no sabía hasta cuando la vería, y no aguantaba más la emoción de poder contarle a alguien.

—Para, que de seguro lo esperabas–rodó los ojos Eugenia, su madre sonrió y alzó las cejas.

—Ten, que tu padre te quiere saludar–su madre desapareció de la imagen para mostrar a su padre, que se encontraba con sus lentes para poder verla mejor, y al verla sonrió.

—¡Qué felicidad! Agh pero Eugenia, pensé que te casarías con el muchachito Carlos, que hasta su padre y yo hemos hasta ahorrado para la boda–se quejó su padre, ganándose que la cara de Eugenia se distorsionara por completo, por un momento se olvidó del pequeño detalle  que tenia pendiente.

—Pa, no le he dicho nada todavía, entonces agradecería que no le dijeran nada ni a sus padres ni a él. No vayan a cotillear por ahí

Y era la verdad, todavía estaba pensando cómo podría decirle la noticia tan repentina, y quizá si podía ocultarlo por un tiempo más.

—¡Qué va! Si ya sabes que tú madre está a punto de tener a Carlos padre en teléfono para decirle las buenas nuevas.

—¡No! Les pido por favor que no lo hagan, ni siquiera somos una relación pública y no quiero que se haga un chisme todo esto.

Alejandro la vio mal y solamente tronó la boca devolviéndole el celular a su madre, quien lo tomó para despedirse y así después cortar la llamada, Eugenia suspiró, tenía muchas cosas pendientes, y por su puesto, quería empezar a pensar en ciertas cosas de la boda, pero una cosa tenía por seguro, que su boda sería en ¡The Plaza en Nueva York! Era su sueño desde que era niña, sabía que había una lista de espera de muchísimo tiempo, pero tampoco le urgía casarse ya. Sonrió y empezó a buscar todos los detalles y fotos de bodas ahí, era totalmente lo que quería.

Mañana sería el Gran Premio de Portugal y tenía que  acompañar a Charles, aunque le gustaban las carreras el simple hecho de pensarlo en ese momento se le hacía tedioso y pesado, no quería ver a nadie, y por su puesto que tampoco llevaría puesto su anillo, no quería que corriera el chisme sin primero hablarlo bien con las personas de su alrededor.

Y de nuevo su mente paro en pensar en Carlos, ¿qué diría? Siempre imaginó el día que le pidieran matrimonio completamente diferente, sin mencionar que a otra persona.

También su mente pasó a pensar en bajo las circunstancias en las que Charles había tomado tal decisión, ¿lo había hecho por qué quería pasar realmente su tiempo con ella o por qué quisiera demostrarle algo a Carlos? Pero rápidamente desecho esa idea, él no era así y si tenía el anillo era por algo.

Le echó una última mirada al anillo antes de volver a ponerlo en su caja y bajar al restaurante del hotel a comer algo, había quedado de ver a Isa con Carlos hoy para saludarlos y "ponerse al corriente" con su prima en la noche, y vaya que había bastante para ponerse al tanto, pero sabía que al momento de llegar al punto de encuentro, no sabría que contar pues su mente quedaría totalmente en blanco al ver a Carlos, y más al ver la melosa imagen de su prima con el.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora