6.

2.6K 121 41
                                    


Eugenia se despertó y trató de repetir en su mente todo lo que había pasado el día de ayer, sonrió un poco al recordar, pero también recordó a su novio. La culpa la invadió completamente y sintió una pequeña presión en su estómago de los nervios, volteó a ver a Carlos que se encontraba dormido todavía, se veía tan tranquilo y en paz que no quería despertarlo.

No había justificación ni explicación para lo de ayer, pero sabía que tenía que decírselo a Charles, el no se merecía esto. Suspiró y empezó a rascar suavemente la cabellera de su mejor amigo para que empezara a despertarse, logrando una sonrisa de él y que abriera un ojo.

—Buenos días–le dió Carlos un pequeño pico en los labios a Eugenia para después acercarla más a él. Suspiró porque todo lo que alguna vez había soñado estaba pasando, pero no de la manera que ella quería.

—Buenos días–sonrió levemente sin mostrar los dientes —Será mejor que me vaya.

—¿Por qué? Podemos pedir algo de desayunar aquí a la casa y...

—Carlos, no estuvo bien lo que hicimos. Tienes novia y yo también, por Dios–dijo Eugenia mientras se pasaba las manos por la cara.
Carlos suspiró, no había tomado en cuenta la culpa del día siguiente, y también debía ser sincero que no se había acordado de Isa en ningún momento hasta ahorita.

—Tranquila, solamente fue la emoción de vernos después de tanto tiempo. A veces no alcanzan las palabras supongo.

Eugenia lo miró tratando de entender lo que decía, tratando de leerlo y ver qué era lo que de verdad sentía, pero temía que simplemente había sido eso para el, algo de una vez.

Se levantó rápidamente buscando su ropa en la maleta para meterse a bañar e irse a su casa rápidamente, necesitaba salir de ahí antes de matarlo.

—Carlos, no puedo seguir haciendo esto. Y le diré a Charles lo qué pasó, por el bien de tu relación, te recomendaría que seas sincero con Isa también.

—Agh, Isabel. ¿No puedes por un momento pensar en nosotros? ¿Qué es lo que realmente tú y yo queremos?–alegó

—Bueno, dímelo tú, ¿Qué quieres de mi?

Carlos se quedó pensativo buscando las palabras correctas para decir, pero el tiempo pasaba y Eugenia no conseguía respuesta alguna.

—Eugenia, espera, no te vayas–suplicó, no sabía cómo expresar todo lo que sentía, entre tantas cosas sentía confusión.

Eugenia lo alejó mientras salía de la casa. La vio alejándose y sintió algo dentro de él, nunca imagino ver la misma imagen 5 años después, y volver a sentir lo mismo.

Eugenia POV

Al llegar a casa sentía todas las lagrimas acumuladas que empezaban a salir, me sentía mal, culpable, usada, enamorada, no sabía que sentía. Y definitivamente no quería averiguarlo por ahora, simplemente necesitaba buscar a mi novio y decirle todo antes de que las cosas empeoraran, no sabía cómo decirle pero sabía que era necesario porque era lo mínimo que él merecía.
Entre al cuarto y lo encontré durmiendo todavía, se veía tan en paz, tan... diferente a Carlos durmiendo.

–Charles–le habló despertándolo. Se removió un poco antes de abrir los ojos y después sonreírme

—Euge–susurró—Llegaste.

Sonrió y me dio un pequeño beso.

—Tenemos que hablar. Ahora–pedí  con lágrimas en los ojos, ya sentía la garganta echa un nudo antes de poder decir la verdad. Al ver la cara de Charles preocupada y pálida de lo que sea que le pudiese decir me sentía peor.

—¿Qué pasa?–me abrazó fuertemente y lo alejé un poco para mirarlo a los ojos y soltarlo todo antes de que me arrepienta.

—Ayer... me acosté con Carlos. No sé que pasó, es la primera vez que me pasa algo así y.. me siento mal, me siento culpable, perdóname Charles. Tú no mereces esto, te pido perdón y que algún día puedas perdonarme.

Las lágrimas y sonidos horribles empezaron a salir de mi sin poder controlarlo, estaba llorando a todo pulmón al ver la cara de mi novio, triste, vacía, sin expresión.

—¿Lo amas?

Me sorprendí por su pregunta, no sabía que contestar, ¿amaba a Carlos? Claro que sí, pero sabía que era una amistad, y nunca sería nada más.

Asentí.

—Lo amo, pero como amigo. Charles a quien amo es a ti.

Charles se paró de la cama y se fue del cuarto dejándome sola, empecé a llorar más y no lo podía controlar, lo había perdido y me había perdido a mi también.

A los pocos minutos volvió y se arrodilló enfrente de mi, me limpie los ojos para verlo bien.

—Eugenia, sabía de tus sentimientos hacia Carlos, y si esto era lo que faltaba para que te dieras cuenta que a quien amas realmente a mi, lo acepto. Te amo y quiero estar contigo siempre, no hay nadie más para mi—empezó hablar y no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Será que ahora alucino?

—¿Te quieres casar conmigo?–preguntó Charles mientras abría la pequeña caja azul aterciopelada revelando el anillo más hermoso que mis ojos habían visto alguna vez, era todo lo que había querido y soñado, el mismo corte, todo. No lo podía creer, el hombre de mis sueños con el anillo de mis sueños, debía haber alguna trampa en todo esto. —Compré este anillo cuando supe que quería pasar el resto de mi vida contigo, y lo tenía guardado esperando un momento perfecto, no es el momento ideal, pero quiero que sepas mis razones.

¿Y Carlos? No se porque pensaba en el, si tenía una respuesta más grande que dar, ¿le diría que lo pensaría? No podía, no podía romperle más el corazón a él y a mi.

—¡Sí! Acepto, mil veces sí

Me agache para besarlo y abrazarlo y ambos sonreímos mientras me ponía el anillo, se veía perfecto en mi mano, y yo me sentía casi completa.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora