15.

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Habían decidido verse en un café que les quedaba de cierta manera cerca a ambos, aunque a Carlos no le molestaría tener que viajar hasta el otro lado del mundo solo para verla.

Eugenia había llegado puntual y con una libreta donde se encontraba casi toda la organización sobre la boda, ser su propia "wedding planner" le parecía cansado pero a la vez emocionante, y si Carlos no la conociera lo suficiente no notaría que también se siente ansiosa.

El siguiente Gran Premio sería en España, en casa, y aunque quería mantener la cabeza dentro del juego no podía, ambos tenían cosas en su mente que hacían que se pusieran ansiosos, pero al ver a Eugenia sintió que todo estaría bien.

—Gi–habló Carlos esperando que volteara para saludarla debidamente.

—¡Carlos!–

Se saludaron efusivamente y ambos tomaron asiento.

—¿Cómo estás?– preguntó Carlos viéndola a los ojos

—Ugh ya sabes, con el humor por los suelos, Charles está insoportable por las carreras y la boda– tomó un suspiro. —¿Tú?

—Diría que bien–alzó la ceja –Ya que mencionas la boda, ¿alguna novedad?

Eugenia tomó con sus manos su rostro en señal de estrés.

—Nada, el maldito lugar ni siquiera contesta mis llamadas o emails. Estoy empezando a creer que todo esto es una señal

Carlos alzó la mirada rápidamente ya que eso último llamó su atención, claro que si, la quería egoístamente para el solo, y este era el momento para hacerle ver que lo que pensaba era cierto. Que malévolo, pensó mientras escondía una pequeña risa.

—Ay Eugenia, no lo sé, quizá te estás apresurando.

Eugenia ni siquiera lo volteó a ver, era algo que de verdad le afectaba y no quería pensar más en eso.

—¿Por qué no vienes a casa este fin de semana a visitar a mis papás? Seguro les hará feliz verte–mencionó Carlos.

—¿Cuándo te vas para la carrera?

—Pues debería estar empacando en este preciso momento–sonrió Carlos —Pero eso puede esperar.

—Me voy contigo, ¿Puedo?–preguntó Eugenia con la esperanza que le dijera que si, olvidándose por un momento de su prima y de Charles. Lo que quería era descansar de todo esto, tomarse un respiro, y estar con Carlos era como dar un respiro de aire fresco. Eso necesitaba en esos momentos.

Carlos no lo quería pensar ni dos veces para dar su respuesta.

—Nos vamos mañana entonces–sonrió enseñando una dentadura perfecta. –Isabel no estará, entonces te puedes quedar conmigo.

Eugenia lo miro, la última vez que se había quedado con el, había pasado algo "'malo", había engañado a su novio, había traicionado a su moral y a su prima.
No quería alejarse de Carlos pero ponerse en esa situación nuevamente era peligroso.
Pero tenía que ser fuerte. Era una prueba, prueba de fuego por el amor que tenía a Charles.

Y por un segundo se acordó, ¡Charles!, ¿Qué diablos le diría?
"¡Me voy con el que te engañe y me quedaré también con el, pero confía en mi esta vez no pasará nada!"

No mentiría, solo ocultaría partes de la verdad. Eso era todo, y así ganaban todos. Pero no sabía que la intención de Carlos era que todo aquello que había pasado se repitiera nuevamente, claro, solamente si Eugenia lo consentía.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora