16.

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—¿Entonces te vas mañana?–preguntó Charles.

Eugenia asintió.

—Tengo que aprovechar para estar con mi familia y amigos, ya sabes.

Charles no se la compraba completa, no quería indagar más para no averiguar algo que no quisiera.

—Está bien.

—¿Eso es todo?-preguntó incrédula Eugenia.

—No se que quieras que diga. ¿Que no vayas? No soy tu niñero.

Eugenia se volteó para verlo a los ojos, ya que se encontraba de espaldas haciendo su maleta.

—Tienes razón.

——

—¿No olvidas nada?– pregunta Carlos mientras bajaban del avión.

Eugenia negó con la cabeza y prosiguió a seguir caminando hasta donde se encontraba el Uber que los llevaría a casa de los papás de Carlos, ahí llegarían primero para saludar.

—Tiene muchísimo tiempo que no veo a tus papás, estoy nerviosa–habló Eugenia mientras se tocaba el cabello para tratar de acomodarlo.

—Te aman probablemente más que a mi, nada de que preocuparse.

Eugenia se rió un poco y volteó a ver a Carlos.
Los sentimientos que había tratado de eliminar y ocultar en el fondo de su corazón y su ser seguían ahí, y salían de vez en cuando para recordárselo.

Al llegar a casa de Carlos, se dieron cuenta que no había nadie, habían decidido llegar de sorpresa pero no contaban que no estarían dado a qué no los esperaban.

—Eso si fue una buena desorganización–bufó Eugenia.

—Está bien, podemos pedir algo de cenar, tengo muchísima hambre.

—Claro, pide algo mientras yo hablo con Charles para avisar que ya llegué

Mientras Eugenia trataba de contactarse con Charles, pensaba en si sería buena idea contarle en donde estaba en ese momento, pero decidió que por el momento lo omitiría, no quería que pensara mal, aunque si no lo contaba quizá daba a pensar que algo estaría ocultando. Pero prefirió no darle más vueltas al asunto.

—¿Gigi?–hablaron del otro lado de la línea.

—¡Hola! Solo para avisarte que ya llegue a España, estoy en casa pero no hay nadie, el camino estuvo...–

—Estoy un poco ocupado, ahorita te llamo–interrumpió Charles colgando.

Eugenia se quedó viendo su teléfono incrédula.

Abrió instagram para ver si había algún indicio de donde estaría, pero nada.

—¡Eugenia! Pedí pasta— gritó desde adentro de la casa Carlos.

———

—¡Y entonces recuerdas que se cayó y le tuvieron que dar 6 puntos en la barbilla!—gritó Eugenia soltando una carcajada, ambos estaban cenando y empezaron a recordar viejas historias.

—Como olvidarlo. Todo porque quería decirte un secreto mío– añadió Carlos.

—¿Qué secreto? Nunca supe eso

Carlos calló y decidió no seguir hablando más del tema.

—Ahora me lo tienes que decir–susurró Eugenia alzando una ceja acusatoriamente.

—Es una tontería, le había dicho a mis papás que nunca quería tener hijos o casarme a menos que fuera contigo y Ana escuchó y es una chismosa que quería contarte.

Eugenia lo miró

—Ni te gustaba, ¿por qué dirías eso?

—Eres la única persona con la que me veo en ese escenario. Batalle mucho para no dejarte entrar en mí pero te escabulliste.

Y Eugenia se quedó en shock, no estaba hablando en pasado, lo dijo en presente, ¿O había escuchado mal?

—¿Era?

—Lo sigues siendo–confesó Carlos. Su corazón palpitaba al mil por hora por todo lo que estaba diciendo, iba en contra de todo lo que tenía planeado decir pero quería saber qué pasaría si lo sacaba de su pecho.

—¿E Isabel?–preguntó

—No lo creo. Sería fallarle a mi yo de 12 años

Eugenia se sorprendió, no tanto por las palabras de Carlos, sino por algo que se apoderó de ella que hizo que besara a Carlos. Y nuevamente se encontraban en la misma posición de hace unos meses. ¿Era lo correcto? ¡No! ¿Entonces por qué se sentía tan correcto y tan bien?
El simple hecho de no sentir culpa en estos momentos sentía que la hacía una terrible persona, pero sería aún más terrible si no hiciera caso a sus sentimientos.

—Eugenia, yo...—

—Carlos, no digas nada–susurró Eugenia.

Carlos la miró y deseó poder leer mentes para saber qué pensaba, porque no importa lo mucho que la conociera, era imposible saber qué haría o qué diría ahora.

—Quédate conmigo–pidió Carlos —No solo hoy, toda la vida.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora