10.

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—Y así fueron las cosas–terminaba de contar Carlos su historia de estos últimos días a su compañero, Lando, quien se sorprendió con la extensa historia que se remontaba a hace mucho tiempo.

—¿Y qué harás?–preguntó con curiosidad Lando

—Quería demostrárselo con hechos, todo lo que siento, pero creo que es mejor rendirme y que sea feliz

Lando abrió los ojos y le pegó un codazo a su compañero.

—¡No puedes hacer eso! Tienes que ir tras ella, y no dejarla ir como la primera vez, tú mismo lo dijiste.

Carlos suspiró, era cierto, esas habían sido sus palabras, y se había prometido a sí mismo utilizar hasta el último recurso para poder cambiar la historia.

—Tendré que hacer un plan

Lando sonrió excesivamente logrando soltar una pequeña carcajada

—Tienes que robarte a la novia.

Carlos rió junto con él por el nombre del plan, pero era prácticamente lo que haría, aunque sabía que quizá Charles no merecía eso, quería ser egoísta esta vez y poder tenerla solo para él.

—Paso número uno Carlos, y escucha bien–pidió Lando—Tienes que involucrarte más en esa boda, para que la puedas arruinar desde adentro. Ella pensará que es el destino poniendo trabas para su boda, y deshará el compromiso.

Carlos lo pensó por un momento y no sonaba tan descabellado, ¿funcionaría?.

—Tengo que hablar con ella, y decirle que quiero formar parte de la boda–preguntó Carlos más en tono de afirmación que pregunta.

—Así es, y si puedes, descubrir algunos cosas sucias sobre Charles, nadie puede ser tan perfecto–alzó ambas cejas.

—¿Alguna idea de por donde empezar?

—Tú la conoces mejor que nadie quizá, tú mismo tienes la respuesta.

(2)

Eugenia se encontraba cenando con Charles en la habitación, habían pedido room service para despedirse de Portugal, su mente seguía hecha un lío por todo lo que había pasado, pero sabía que no podía contárselo todo, aunque debería.

—¿Todo bien?–preguntó curiosamente Charles mientras la inspeccionaba con la mirada, se encontraba viendo a la nada.

—Le he contado a Carlos que estamos comprometidos—soltó Eugenia sin ánimos de seguir contando lo sucedido o de seguir repitiéndolo en su mente.

Charles la miró sorprendido y le acarició la mejilla.

—¿Y que ha dicho?

—Nos desea lo mejor, aunque mañana quiero hablar con él–lo miró a los ojos y él la miraba expectante a que siguiera con lo que estaba contando –Ya sabes que es mi mejor amigo y quiero que sea padrino de lo que sea junto con Isa.

—No se si sea buena idea.

Charles volteó la mirada hacia su plato mientras llevaba una papa frita a su boca, no le agradaba el hecho de que Carlos tuviese el descaro de siquiera ir a la boda, comprendía que era su mejor amigo, pero no sabía si sus intenciones serían buenas.

—Eso lo decidirá él–concluyó Eugenia, no queriendo entrar más en detalles y tampoco en una discusión que no llegaría a nada.

—¿Quieres que te entregue al altar también?—preguntó Charles con tono celoso y de reproche, cosa que le desagradó a Eugenia, definitivamente no tenía ánimos de seguirlo escuchando, ni de pelear, tomó sus cosas y antes de retirarse de la habitación se dió la media vuelta

—Si no estás de acuerdo con lo que sea que vaya a decidir sobre MI boda, mejor no lo hacemos.

—Es NUESTRA boda Eugenia, nuestra vida, seremos tú y yo—trató de explicar mientras le tomaba la mano para que no se vaya —¿No puedes ver eso?

Eugenia soltó su mano y salió rápidamente por la puerta, si en algo era experta era en huir, pero esta vez era diferente, no podía simplemente salir corriendo de sus problemas como siempre, tendría que afrontarlos, porque sabía que tenía un compromiso más grande por venir.

Quiero robarme a la novia  | Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora