~Armanway~parte 28

360 34 8
                                    

(Conway)
Me desperté algo tarde encontrándome con un Armando ya despierto, dándome mimos y abrazándome muy fuerte con una sonrisa.
Había dormido genial entre sus brazos, en ese pequeño búnker tan acogedor de adelante de la chimenea.
Dejé un beso en su pecho para mirar su cara.
-Buenos días, cariño.-me dedicó una preciosa sonrisa de las que solo él era capaz de darme consiguiendo que mi oscuro interior se enterneciera y que le devolviera una pequeña sonrisa.
Me dió un pequeño pico en los labios y acarició mis mejillas, por lo que llevé mi mano a sus labios para acariciarlos, produciendo que él bajara su mirada a mi dedo curioso y con una pequeña sonrisa algo pícara.
-Y esa sonrisa, Grúas?
-Nada, simplemente te quería preguntar si quieres ir a dar una vuelta o a algún lugar.
-Me parece genial, de hecho tengo un plan que te puede interesar, y mucho.-sonreí de lado.
-Y cuál es ese plan?
-Ya lo verás.-mi sonrisa creció un poco y me levanté para salir del búnker con cuidado de no estropearlo.-Vamos.
-Vamos.-me siguió, saliendo del búnker y mirándome al estar ya fuera.
-Vístete y prepárate que vamos a una ciudad de aquí al lado.-sonreí.
-De acuerdo, ahora voy, no voy a tardar mucho.
-Lo mismo digo, ahora vuelvo.
Caminé hacia la habitación con Armando tras mis espaldas para cambiarme.
Llegamos al cuarto y caminé hacia mi armario para sacar ropa de incógnito de él, tenía que estar cómodo.
Armando se estaba cambiando en el otro lado de la habitación. No podíamos evitar mirarnos de vez en cuando de reojo.
Me puse la ropa (con una corbata bajo la sudadera) y me miré en el espejo acomodándomela bien.
-Perfecto-murmuré para mis adentros para nptar unos brazos rodeando mi cintura y ver sobre mi hombro la barbilla de Armando ya cambiado.
Llevaba unos pantalones negron con una camiseta del mismo color y una chaqueta azul. Claramente todo esto acompañado por un sombrero azul marino que combinaba a la perfección con la chaqueta, estaba precioso.
Me puse mis gafas de sol para mirarle por el espejo, tenía una pequeña sonrisa en la cara y estaba inspeccionando mi cuerpo, mirándolo de arriba a abajo con un brillo en los ojos.
-Y tú traje, Conway?
-No lo necesito, hoy. Aunque la corbata la llevo.
-Ah, no?-me miró curioso para reír un poco ante mi segundo comentario-Tan Jack Conway...
Miré su ropa con una sonrisa.
-Te queda bien esa ropa.-sonreí de nuevo para quitarle el sombrero y ponérmelo yo.
-Lo mismo digo.-repitió mi acción con mis gafas y se las puso.-Capullo~.
-El tema es que a ti te queda mejor.-le imité.
-Negativo.
-Afirmativo.-sonreí y le quité mis gafas, me las puse de nuevo.
-Joder.
-Ese vocabulario, Grúas.-reí.
-Y tú me lo dices?
-Exactamente.
Reímos ambos y le devolví su sombrero para agarrar su mano y caminar hacia afuera de la habitación y seguidamente salir de la casa. Caminamos hacia el coche y al llegar me apoyé en el capó de este y le miré.
-Súbete de conductor, Grúas.
-Pero si no sé a dónde vamos.
-Sube.-le dije con mi típico tono demandante de cuando estoy de servicio.
Me miró extrañado y asintió pqra montar de conductor, se puso el cinturón.
Caminé hacia la puerta de conductor y le quité el cinturón para sentarme en sus piernas.
-Q-qué haces?-me miró.
Até de nuevo el cinturón colocándonoslo a ambos.
-Conducir, como siempre.
-Conmigo debajo?
-Exactamente, veo que ya lo vas pillando.
-Joder.
-Esa bocaa.
Suspiró y sonrió levemente para mirarme y abrazarme por la cintura.
-Este es tu Superintendente? Conduciendo así? Porque el mío desde luego que sí.
-El mío no.
-Ah, no?
-No.
Reímos juntos para mirarnos cómplices.
Arranqué el coche para conducir hacia la ciudad con la mayor precaución posible, aunque la verdad se me daba de puta madre conducir, así que dudaba que ocurriera cualquier cosa, mientras al destino no se le ocurriera cruzarnos con cualquier capullo de mierda.
El camino fue tranquilo, entre risas y caricias de mi pareja. No nos cruzamos con mucha gente por suerte, y ni hablar de la policía.
Tenía la placa y podía llqmar al gobierno, no tenía problema alguno, pero la cosa sería perder tiempo, odio que me hagan perder eso, no tengo una mierda de paciencia.
Me acomodé sobre Armando para parar el coche una vez llegamos a la ciudad.
Armando me miró extrañado de nuevo, pues estábamos en un callejón cualquiera.
-Tápate los ojos.
-Porque?
-Tú tápatelos, por eso he parado aquí. Quiero que sea sorpresa nuestro destino.
Suspiró y asintió, por lo que agarré una corbata de la guantera del coche y me di la vuelta para tapar sus ojos con ella apretando lo justo para que no se soltara sin causar un mínimo daño, no sería capaz.
Seguí conduciendo hasta llegar a nuestro destino. Aparqué el coche en el parking del establecimiento para bajar de él y ayudar a Grúas a hacer lo mismo.
Me posicioné detrás suyo para agarrarle por la cintura, guíarle y más que nada para que no se tropezara con cualquier mierda mientras andábamos.
Al llegar a la puerta sonreí y tiré del nudo de la corbata para permitirle la vista.
(Armando)
Caminé junto a Jack hasta dónde me dijo tranquilamente, quería saber a dónde me había llevado.
De repente, noté como Jack paraba de caminar y me atraía hacia él, colocó sus manos en la corbata y tiró del nudo dejándola caer de mi cara.
Al instante mis ojos se iluminaron, no lo podía creer, era simplemente maravilloso.
Estar en ese lugar con Jack Conway sería magnífico. Con solo ver las letras de la fachada me imaginaba mil y uno escenarios ahí dentro.
Jack, yo, ese lugar...¿qué pasaría ahí adentro?

Armanway, tu media naranjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora