~Armanway~parte 27

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(Conway)
Joder...joder con este hombre. Puto Armando. Este quiere matarme de amor o algo, me cago en su puta estampa.
Después del beso nos abrazamos muy fuerte. Las gafas ya se me estaban empañando, joder.¿Cómo podía pasarme eso a mí? Menudo anormal, pero era mi anormal.
Nos miramos a los ojos entre lágrimas y suspiros, realmente aunque lleváramos poco juntos nos amábamos demasiado.
Ninguno de los dos mediamos ni una sola palabra. Con otra persona el silencio podía ser incómodo, pero con Armando era muy agradable, muy acogedor. Siempre se estaba muy bien con él. Armando producía en mí todo lo bueno que mi corazoncito traumado y de roca podía sentir.
Sollocé un poco en su hombro al terminar de procesar sus palabras a lo que él acarició mi espalda con cariño.
Ya no podía aguantar las lágrimas. Comencé a llorar abundantemente de emoción provocando que mi pareja hiciera lo mismo.
-T-te amo demasiado, Grúas.
-Y-yo si que te amo, Conway.
Respiré profundamente para intentar romper el hielo, me separé de su hombro para limpiar mis lágrimas y mirar a sus ojos fijamente.
-Puede que ese hilo fuera ignorado por nosotros todo este tiempo. Pero ya no va a ser así sin duda.
-A lo mejor hasta por eso se escoña tanto Leónidas con la moto, por el dichoso hilo de comisaría al taller que no deja el paso. Que gafas ni que pollas.
Sonreí y solté algunas pequeñas risas provocando lo mismo en el contrario.
-Pero si hay algo de lo que no me arrepiento en esta vida es de que Armando Grúas tenga el otro extremo de ese hilo, aunque se me maten los agentes al tropezarse con él.
-Ahora mismo ese hilo está tan contraido...y no me arrepiento de ello.
-Puede que yo quisiera ignorarlo también al principio, eso no te lo niego, pero ese hilo es inevitable, solo el destino manda sobre él y si el destino nos había unido no podíamos cambiar eso.
-De todos modos si hubiéramos conseguido cambiarlo ahora mismo no estaríamos aquí, dedicándonos palabras hasta llorar de la emoción.
-Nunca habrías visto al Superintendente Jack Conway llorar y mucho menos de la emoción. Esta sensación es demasiado bonita y sólo tú me haces sentir así.
-Puede que el Jack Conway de hace un tiempo ahora se estuviera cagando en la puta ya que yo no quería nada, solamente quería olvidarre, pero yo no. Yo te amo.
Seguimos llorando entre risas y mucho amor para terminar quedándonos dormidos, abrazados claramente, con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.

Armanway, tu media naranjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora