(Conway)
Estábamos preparando nuestras maletas, pues decidimos pasar nuestro último día de vacaciones en una acampada.
Íbamos a ir hoy al bosque, acampar ahí y ya mañana, después de despertar volveríamos a los Santos.
Sonreí guardando toda mi ropa en la maleta para darme la vuelta y encontrarme a Armando, ya con sus maletas preparadas, perfectamente listo para ir al bosque mirándome atento con una pequeña sonrisa. Joder, pues si que es paciente este ho.bre, yo ya le estaría gritando que se preparara de una puta vez y que moviera el puto culo, terribleee.
Una vez con todo terminado y listo, mi novio cargó todas nuestras cosas para meterlas en el coche y conducir hacia el bosque.
Le miré de reojo para bajar mi mirada a sus manos, que estaban apoyadas en el volante con algo de fuerza, marcándose en ellas algunas venas por la fricción.
Armando realmente era suculento, le desayunaría, almorzaría, comería, merendaría y cenaría y aún así seguiría con hambre para poder repetir de nuevo.
Mordí mis labios levemente para levantar mi mirada hasta su perfil, de le veía muy concentrado en la carretera, tenía como siempre una expresión muy sosegada y tranquila, la típica de él.
Sus orbes verdosos se fijaron en mí unos instantes pqra volver a mirar a la carretera.
-El tema es que me quedaría mirándote todo el día, pero prefiero no tener un accidente, hay que tener mucha precaución en el volante.
Asentí y le seguí mirando, deleitándome con su belleza. Si que era precioso. Me había tocado la lotería con él, y no solamente por su físico, pues con solo mirarle ya era evidente lo bueno que estaba. Sino también por lo buena persona que es.
Sé que en el pasado fuimos rivales, y no de la manera en la que lo somos ahora.
No nos llevábamos bien, era de una mafia que me quería matar, acabó con cuatro de mis agentes...Ivanov, Gonetti, Torrente, Leo...
Era muy consciente de todo esto, peeo nunca podría sentir alguna emoción negativa hacia él, no podría odiarle por ello, aunque en el pasado si que lo hiciera.
Sé que del amor al odio solo hay un paso, paso que dimos, yo ahora le amo y él supongo que también.
Saqué todos esos pensamientos de mi cabeza, pero uno ahí seguía.
Cuando pasó lo de la explosión de la iglesia...yo estuve en coma durante un tiempo, desperté y decidí irme de la ciudad. Dejé tirado a Volkov...que estaba en coma, a Gustabo en un hospital psiquiátrico y a Horacio...que simplemente se iba a ir de la ciudad también. Todos tomamos caminos diferentes.
Yo siempre pensé que todos y cada uno de los integrantes de esa mafia estaban a tres metros bajo tierra, todos menos Gustabo ya que fue Pogo quien hizo todo eso, además de que al fin y al cabo...a pesar de todo el daño que causó...nunca dejaría de ser mi hijo.
Decidí volver a la ciudad por una sola razón, recuerdos, nostalgia...pensaba que Volkov había muerto, que Gustabo seguía en el psiquiátrico y que Horacio...simplemente no volvería a saber de él.
No podía tener una idea más equivocada.
Volkov estaba bien, seguía de comisario, pero estaba al mando de la lspd, siempre supe que llegaría muy lejos.
Gustabo había salido de ese hospital después de que le dieran una medicación y se aseguraran de que estaba plenamente estable.
Horacio había vuelto a la ciudad, esto si que no me lo esperaba, después de todo el daño que le hicieron...que le hicimos...Yo siempre intenté protegerle...le quería como un hijo, sabía que Gustabo le estaba manipulando y que, aunque intentara ocultar todos sus sentimientos negativos, eso yo no lo iba a pasar por alto, pues llevaba mucho tiempo ocultándolos yo y sabía a la perfección cuando alguien no estaba bien. Quería sacarle de ahí, que estuviera bien, pero al final de una manera u otra terminó lastimado...traicionado por su hermano, teniendo que sacar adelante la investigación él solo, torturado, con su amor platónico en coma...
Ese día simplemente me pasé poe la ciudad por casualidad, no pensaba quedarme, solamente quería hechar una ojeada, ver como había cambiado, si la situación había mejorado sin mí...
Me vi obligado a quedarme por lo del FBI, pero al menos pude ver que esas personas estaban bien...
Seguí con mi labor del FBI, no estaba mucho por la ciudad, pues me podrían reconocer, aunque para que negarlo, yo ahí ya era un simple viejo, si no llevaba mi traje del FBI ni Dios se daría cuenta de mi existencia, lo había perdido todo...A mí nunca me gustó ser Superintendente, pero me sentía vacío sin ese puesto...
Al final terminaron por dejarme a cargo de la comisaría de Paleto, iba a ser el Superintendente de ahí. Tampoco es que la idea me apasionara, nunca me gustó esa zona y además no sería lo mismo sin mis anormales.
Cada día era igual que el anterior, los agentes hacían mucho el anormal con sus putas coreografías, nada ahí era seriedad, tocaban demasiado las pelotas.
Llegó un día en el que me tuve que encontrar con rangos más altos y ahí conocí a varias personas, pero una en especial me llamó la atención, Armando Miller. De qué me sonaba ese hombre?
Era evidente de qué me sonaba su nombre, pero no era solo eso, esa cara, bastante oculta por su larga barba la había visto yo en algún lado.
Estuve prácticamenre toda la reunión mirándole fijamente, al igual que él a mí, me di cuenta de que tenía la barba y el pelo teñidos, no era tan viejo como aparentaba ser, se tendría que estar ocultando por algo.
Después de esa reunión le dije que tenía que hablar con él a solas, era importantísimo.
Nos quedamos a hablar, su incomodidad se podía notar a kilómetros, no había soltado ni una sola palabra hasta esa pregunta...
-Porque te ocultas de esta manera?-solté de una sin rodeos, provocando una mirada fija en mis ojos del contrario.
-Me llamo Armando.
-Eso ya lo sé, no soy anormal.
-Armando... Miller.-susurró su apellido.
-Yo también me he tenido que cambiar la identidad en alguna que otra ocasión, no soy gilipollas, sé que ese no es tu verdadero nombre, Armando.-recalqué la última palabra mirándole de arriba a abajo de manera juzgadora al notar sus mentiras, me crucé de brazos.
-Armando.
-Armando qué? Suéltalo de una puta vez, de qué coño te sirve alargarlo más? Soy del puto gobierno y será mucho peor si tengo que averiguar tu puta identidad por mi cuenta.
-Soy Armando...Puertas.
-Armando puertas?-fruncí el ceño divertido ante sus palabras, eso era imposible.-Mis cojones, si quieres mentir al menos dime un apellido que tenda sentido,
Puertas-solté una carcajada-menuda mierda.
-Armando...Jaleos.
Reí de nuevo mirándole a los ojos divertido hasta que...los recuerdos invadieron mi mente.
Aquel día, unos sujetos habían tiroteado comisaría y yo junto con Volkov pensábamos que eran los putos mecánicos.
Grúas y yo discutimos y terminó atropellándome con God...no podía ser verdad.
Armando Jaleos, Armando Puertas, Armando disgustos...Armando Grúas...no, no podía ser, era imposible...
Armando Grúas?
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Armanway, tu media naranja
FanficArmando Grúas y Jack Conway siempre se habían llevado mal, pero después de una noche juntos se dan cuenta de que tenían más cosas en común de lo que se creían. Eran tan iguales y distintos a la vez...estaban hechos el uno para el otro. El dibujo de...