(Armando)
Observé a Jack que permanecía con los ojos cerrados, se le notaba muy sumido en sus pensamientos.
Llevé mi mano a su mejilla para acariciarla suavemente.
Vi que abrió sus ojos por lo que los observé todo lo que me permitían sus gafas.
Me daba curiosidad y me entristecía un poco que ese hombre tapara siempre sus hermosos ojos con ese trozo de plástico, aunque a la vez me sentía especial, ya que en algún que otro momento conmigo se las había quitado y no le daba esa confianza a todo el mundo. Dudo hasta que Volkov le halla visto tanto tiempo sin gafas.
Coloqué mi mano en su barbilla y extendí mi dedo pulgar para acariciar sus labios con él.
Nos miramos fijamente a los ojos con ambos una expresión embobada y enamorada.
Con mi mano libre agarré la suya sobre su abdomen y entrelacé nuestros dedos cariñosamente.
En mi pasado ya había tenido alguna que otra relación, pero nada serio. Sentía como si todo el amor que no había dado a lo largo de mi vida se lo tenía que dar a Jack. Hasta lo que sé él también careció de amor, tampoco es que sepa mucho de su pasado, practicamente no sé nada, pero si mis suposiciones y los rumores que he escuchado son ciertos, Conway había estado toda su vida en el campo de batalla a excepción de los últimos años que obviamente había pasado aquí, en Los Santos, eso estaba claro.
No sabía si intentar saber algo más de él era buena idea, pues según lo que había oído no había tenido muy buen pasado. Lo había pasado mal, le habían hecho mucho daño y supuestamente por eso esta actitud que tiene.
Intentaría a toda costa que él estuviera bien, no quería que volviera a pasar por la soledad ni que al preguntarle, recordara alguna mala pasada y sufriera por ello, así que prefería dejar el tema a un lado hasta que surgiera solo o él decidiera contarme de ello.
Siempre había pensado que era un hijo de puta, pero ahora ese hijo de puta es el amor de mi vida.
He aprendido a que no se debe juzgar a una persona sin conocerla bien ni tampoco dejarse llevar por la influencia y rumores de los demás.
Puede que Jack si que pudiera ser algo más amable, pero a mí me gustaba como era. No necesito que cambie su actitud, así es perfecto para mí.
Me encanta esa personalidad peculiar que tiene. Desde fuera se le ve como una persona fría y firme, alguien con ideas claras y a quién es muy difícil por no decir imposible de influenciar. Él vivía su vida siendo como es, sin pensar en la gente, en lo que los civiles pensaban o decían de él y si a alguien no le gustaba como era le podían dar muy bien por culo, porque Conway no cambiaría nada por nadie. Alguien realmente serio cuyo corazón parecía inexistente. Parecía que no podía amar a nadie más que a sí mismo. Algunas de esas cosas son ciertas sí, pero otras se alejan demasiado de la realidad. Mis pensamientos hacia ese hombre en el pasado y en la actualidad son mis diferentes.
Conway si que era alguien firme, frío, difícil de influenciar...pero solamente en su trabajo, esa era una simple faceta de él. La faceta de Superintendente, que por muchos defectos que le viera hace un tiempo ahora me parecía tan perfecta como cualquiera de sus otros comportamientos, le admiraba mucho y amaba cada expresión de su ser.
En la intimidad Conway era alguien que sí tenía sentimientos, al contrario de lo que los demás pensaban. Supuestamente su único sentimiento era el cabreo, pero nada se alejaba más de la realidad.
Conway si que demostraba lo mínimo sus sentimientos, supuse que por su pasado oscuro y todo lo que había tenido que pasar, pero ya iría aprendiendo poco a poco a comprenderle mejor y así poder ayudarle en cualquier situación.
Desde el día en el que nos encontramos en el Yellow, Jack ya era para mí lo más importante. Nada me importaba más que su bienestar tanto físico como mental, que no estuviera solo, que pudiera confíar en alguien aunque a él le cueste hacer eso...simplemente quería ser su confidente y estar siempre a su lado para que no le hicieran daño, no de nuevo.
Fue como amor a primera vista, un flechazo. Necesitaba estar a su lado y cuidarle, es lo que más deseaba.
Le amaba mucho, realmente mucho. Demasiado. Incluso más que a mí mismo o cualquier cosa que he amado en mi pasado.
Él simplemente era mi otra mitad, quien me complementaba y hacía feliz.
Le amo.
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Armanway, tu media naranja
FanfictionArmando Grúas y Jack Conway siempre se habían llevado mal, pero después de una noche juntos se dan cuenta de que tenían más cosas en común de lo que se creían. Eran tan iguales y distintos a la vez...estaban hechos el uno para el otro. El dibujo de...