(Conway)
Me separé del beso después de unos minutos viendo el hilo de saliva que nos conectaba. Sonreí levemente y acaricié su mejilla.
-Para que te quede muy clarito de quién coño eres, Grúas.
-Lo tengo muy claro.
-Como debe ser. Así me gusta.
Armando se levantó de encima mío y me levantó con él, me abrazó por las caderas, por lo que yo aproveché para dar un pequeño salto y enrollar mis piernas en su cintura y abrazarle por el cuello como un koala.
Armando perdió un poco el equilibrio por ese salto mío tan repentino pero lo recuperó en seguida.
Caminó hacia afuera de la habitación agarrándome fuerte para que no me resbalara ni me cayera. Yo también me agarré a él con fuerza a lo que él sonrió.
-Vamos a la cocina, pero antes dime que quieres beber.
-Lo que a ti más te apetezca, Jack.
Asentí y le miré mientras caminaba conmigo a cuestas hacia la cocina.
Llegamos y me sentó en un mueble. Se puso frente a mí.
-Qué quieres tomar?-miró mis ojos.
-Whisky, está en ese armario.-lo señalé.
Se acercó al armario indicado y saco dos botellas de whisky, las dejó sobre la mesa.
Me puse a mover mis piernas dando pequeñas patadas al mueble mientras le observaba.
-Voy a dejar las botellas en el salón y ahora vengo a por ti.-se dio la vuelta, acercándose a mí tranquilamemte y me acarició la mejilla unos segundos, dejó un pico en mis labios y volvió a por las botellas.
Agarró las botellas y se las llevó al salón, las dejó en la mesa de en frente del sofá.
Volvió a la cocina y se acercó a mí, me cargó en sus brazos, caminó de nuevo hacia el sofá.
Me agarré a su cuello y lo acaricié con mis manos. Al llegar al salón me acostó en el sofá y se sentó a un lado mío poniendo mi cabeza en sus piernas.
Me levanté y me senté a su lado, colocando mi cabeza en su hombro.
Le miré de reojo y agarré una botella de whisky, le di un trago.
-Quieres ver la televisión o algo, Armando?
Asintió por lo que cogí el mando y encendí la tele.
-Y quieres irte este fin de semana a algún lado conmigo y además ver la lluvia de estrellas a mi lado?-dije mirando la tele algo nervioso y tecleando los botones para ir al Netflix.
-Me encantaría, Conway.-me dedicó una preciosa sonrisa, como cada acto suyo.
Sonreí levemente y me sorprendí un poco al notar sus labios posarse en mi mejilla, cuando se separó la acaricié unos segundos con cariño.
-Pues mañana nos vamos.
-Y a dónde?-me preguntó curioso.
-Déjame sorprenderte.
Asintió con una sonrisa y miró la tele.
Le pasé el mando para que pusiera lo que quisiera y agarré su otra mano.
Llevó mi mano al mando para elegir juntos lo que veríamos.
-Qué te parece si cerramos los ojos, damos a la tecla un determinado número de veces y haber que se pone?-me planteó.
-Me parece bien, vamos allá, usemos el 7, cómo tu cumpleaños, el 7 de octubre.
-Cómo sabes que mi cumpleaños es el 7 de octubre, Conway?
-Puede que me halla informado.
Rió levememte y asintió.
-Pues vamos.
Cerré mis ojos junto con él para dar 7 veces a la tecla de la flecha. Una vez que terminamos con ello le dimos al botón de ok.
Abrimos los ojos y me quedé perplejo.
-Qué cojones?
-Es lo que el destino ha elegido, Conway.
-El destino, sí.-suspiré y miré la televisión con expresión seria.
-Sabes que las series que te salen en recomendados están basadas en las que ves, verdad?
-Joder...
Sonrió y se rió un poco, me dió un pequeño codazo.
-Con que viste algo parecido a esto, Conway.-rió un poco.-está bien saberlo.
Suspiré y miré la pantalla. En ella se estaba reproduciendo un episodio de anime. Concretamente de Death Note.
-Yo nunca vi eso, que puto asco. Seguro que fue Volkov cuando vino a mi puta casa.
-Seguro, seguro.-rió un poco y besó mi mejilla divertido.
Miré la pantalla de brazos cruzados y con expresión seria. Armando la veía atento, parecía que le estaba gustando.
Le miré y agarro una botella de whisky, le dió un pequeño trago.
Le di un pico, saboreando el sabor a alcohol de sus labios y miré de nuevo la pantalla.
Cómo cojones se había puesto un anime?
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Armanway, tu media naranja
FanficArmando Grúas y Jack Conway siempre se habían llevado mal, pero después de una noche juntos se dan cuenta de que tenían más cosas en común de lo que se creían. Eran tan iguales y distintos a la vez...estaban hechos el uno para el otro. El dibujo de...