~Armanway~parte 30

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(Conway)
Comenzamos a darnos de tiros y a vacíar todo lo que quedaba de nuestra munición en el cuerpo del contrario. Soltábamos algunos quejidos de vez en cuando, pero el dolor poco nos importaba, ambos queríamos ganar a nuestro rival.
Cuando se nos acabaron los cartuchos nos miramos fijamente a los ojos, estábamos, ambos por igual, llenos de pintura.
Yo era del equipo azul y Armando del rojo. Solo quedábamos nosotros dos, pues los demás habían sido eliminados.
Ambos queríamos la bandera, pero nos habíamos disparado prácticamente a la vez, era imposible saber quién había dado antes al contrario.
Nos acercamos hasta quedar frente a frente aún sin bajar las armas. Colocamos la punta del arma en la frente del contrario y nuestros respectivos equipos nos pasaron nuevos cartuchos. Nos estaban viendo desde una distancia prudente.
Recargamos nuestras armas con los cinco cartuchos que nos habían dado a cada uno.
No miramos desafiantes una vez más para darnos la espalda.
Cada uno dió tres pasos hacia atrás alejándose del otro.
-Tres.-dijo esta vez Armando.
-Dos.-le respondí.
-Uno.
-CERO.-dijimos ambos al unísono y nos dimos la vuelta de golpe.
Disparé primero, dándole en la mejilla, gesto que por mi parte me sacó una risa alta y por la de Armando un pequeño jadeo además de que se puso q sobarse la mejilla.
Después disparó él, la esquivé.
Decidí disparar tres cartuchos seguidos en diferentes puntos, dándole uno en el hombro, ptro en el abdomen y otro en los huevos. Reconozco que me pasé, pero fue mi obra maestra.
Armando no se quedó atrás y me disparó seguidamente en una pierna, en un brazo y en el pecho.
Armando terminó con un disparo en la mejilla, otro en el hombro, otro en el abdomen y uno en los huevos, mi obra maestra.
Ambos nos dimos un disparo entre ceja y ceja a la vez.
Al terminar nuestras balas nos miramos fijamente y tiramos las armas para cruzarnos de brazos.
Caminamos lentamente hacia el medio del lugar para quedar de nuevo frente a frente.
Nuestros equipos pensaban que nos íbamos a pegar, pues se nos veía con una actitud muy desafiante hacia el otro.
Nos acercamos aún más juntando nuestras frentes sin dejar de observar nuestros ojos fijamente, casi ni estábamos parpadeando.
En un movimiento rápido llevé mis manos al cuello del más alto, notando las suyas en mi cintura y unimos nuestros labios en un apasionado beso bastante esperado.
A pesar de toda la rivalidad entre nosotros nos amábamos demasiado, pero nunca dejaríamos de desafiarnos, así hemos sido siempre así seremos hasta el fin. Unos cabezones.
Me impulsé para enrollar mis piernas en su cintura por lo que Armando me agarró fuerte para que no me resbalara y dió unos pasos hacia atrás para intentar aguantar el equilibrio debido a mi impulso y lo consiguió. Pero yo me negaba a eso, le quería ver en el suelo por lo que dejé caer mi peso hacia adelante cayendo encima suyo aún sin cortar el beso. Pude escuchar un pequeño jadeo dalir de sus labios al entrar en contacto con el césped.
Acaricié su cuello y sus hombros con cafiño en el beso para guiñarle un ojo y separarme, me levanté de encima suyo.
-Vamos a por la bandera?-le tendí la mano.
-Vamos.-tomó mi mano entrelazando nuestros dedos para levantarse y cargarme como un saco de patatas.
-El tema es que ahora te jodes, por capullo.-rió y corrió hacia la bandera conmigo en su hombro.
-Joder, suéltameee.-reí un poco y me moví para que me bajara, sin éxito alguno.
Me soltó en la base del montículo de tierra en el que estaba la bandera y tomó mi mano fuerte para comenzar a caminar hacia ella.
Caminé a su lado firme y al llegar a la bandera puse mis manos en ella. Armando puso sus manos sobre las mías y la sacamos de ahí alzándola al cielo.
Ambos equipos habíamos ganado, además de que nuestros compañeros ahora mismo estaban mirándonos expectantes y muriéndose de amor bastante conmovidos.
Le arrebaté la bandera para besar sus labios de nuevo y pasar mis brazos por sus hombros, al igual que la bandera, que ahora estaba tras su espalda.
Reímos juntos y me tiré encima suyo para bajar el montículo de tierra haciendo la croqueta abrazados.

Armanway, tu media naranjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora