~Armanway~parte 31

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(Conway)
Todos se fueron del paintball, pero nosotros nos quedamos ahí, en el césped contemplando las nubes. Aún seguíamos manchados de pintura y abrazados, se estaba genial así después de tantas emociones, relajados, con la persona que más amábamos a nuestro lado.
Besé el hombro de Armando para comenzar a ayudarle a quitarse el traje de militar que nos habían dado para la partida.
A medida que se lo iba quitando fui observando las distintas marcas que la munición había dejado en su cuerpo.
Acaricié con suavidad cada marca y dejé besos en ellas.
Después, Armando me ayudó con el mío, dejándome en ropa interior y observó mis marcas con algo de preocupación, por lo que me cargó y me llevo hasta dentro del establecimiento.
Dejó los trajes en recepción para ir a los vestuarios y dejarme sentado encima del lavamanos.
Agarró el botiquín, comenzó a curarme las heridas y a hecharme pomada en los moratones.
La verdad es que me gustaba que me tratara con tanto cariño, pero no me gustaba que se preocuparan por mí y menos aún si no era nada, me han pasado cien mil cosas peores.  
-No es nada, Armando.
-Cómo que no? No ves todas las marcas que tienes?
-Tú también tienes y además te di en mal sitio, no lo recuerdas? Déjame curarte.
-A ti te di en el pecho.-llevó su mano a mi pecho y acarició mi marca.-Te duele mucho, cariño?
-No, no me duele nada, estoy de puta madre.-miré sus ojos.
Me sonrió para seguir curándome  por lo que suspiré y me abracé a su cuello acariciando la marca de su hombro y dejando pequeños besos en ella.
Terminó de tratarme las heridas y me abrazó fuerte por la cintura.
-Ahora deja que te cure, hostia.
-Me quieres curar?
-Afirmativo.
Acaricié su mejilla herida con uno de mis pulgares mientras dejaba besos por su hombro.
-A ti te duele?
-Poco.
-Aquí te duele?-llevé mi mano a su entrepierna para acariciarla.
Se sonrojó levemente y me miró a los ojos.
-Emmm...u-un poco...
Subí a su yugular dejando besos y le di una lamida.
-Un poco?-sonreí y apreté ligeramente su miembro.
Asintió y soltó un jadeo bajo en mi oído.
Apreté mi agarre en su cuello para acercarle a mí y rodear su cintura con mis piernas.
-Pues te voy a curar~-susurré en su oído.
-Gracias entonces~.-me sonrió.
-De nada~.
Comencé a besar su mandíbula acariciando su cuello y a rozar nuestros miembros sobre la tela de nuestros bóxers.
Me acarició la cintura y bajó sus manos a mi trasero lentamente para dejar caricias en él.
Solté algunos jadeos y dejé marcas en su cuello con una pequeña sonrisa.
Bajé mis manos a su ropa interior para pasar mis dedos por el extremo de esta con una sonrisa pícara.
Metí ligeramente mis manos en sus bóxers para acariciar sus ingles con cariño e ir acercándome a su miembro.
Tomé con una mano su miembro y acaricié la punta suavemente.
Fui bajando despacio su prenda para destapar su ya muy marcada erección y mirarla con deseo.
Rocé su entrepierna con mi entrada aún por encima de la tela de mi bóxer.
Metió sus manos en él y acarició mis glúteos para bajarlo poco a poco con esa paciencia que solo él tiene.
Terminé de bajármelo de manera desesperada y lo dejé caer al suelo para seguir rozándome con Armando.
Ambos jadeamos bajo y unimos nuestros labios en un beso.
Armando me agarró fuerte por la cintura para ir introduciéndose lentamente en mí.
Apoyé mi barbilla en su hombro gimiendo su nombre en su oído al notar como cada vez estaba más adentro.
Se quedó quieto unos instantes en mí para que me fuera acostumbrando y bajó a mi cuello para dejar besos húmedos en él.
Me aferré todo lo posible a su cuello mordiendo el lóbulo de su oreja con un poco de fuerza.
Asentí para darle a enterder que podía comenzar a moverse, cosa que hizo lentamente acariciando mi espalda y sin dejar de besarme y hacerme marcas.
Suspiré de placer al notar como me embestía con cada vez más velocidad.
Me besó aumentando el ritmo de las embestidas y llegando cada vez más profundo provocando que me abrazara con mucha fuerza a él.
Tomó el control del beso introduciendo su lengua en mi boca y recorriendo toda mi cavidad bucal con ella investigando bien cada detalle.
Succioné sus labios entre los míos ahogando gemidos en el beso.
Enterré mis talones en sus caderas para que llegara más profundo aún haciéndome tocar las estrellas. Estaba dando embestidas rectas justo en mi punto, era perfecto.
Gemí fuerte arañando sus hombros y separándome del beso para morder ligeramente sus labios emitiendo gemidos altos.
Empezó a moverse con toda la velocidad y fuerza posible provocando que ambos llegáramos a la cúspide del placer, notando unas sensaciones muy placenteras y demasiado éxtasis.
Noté un cosquilleo en mi abdomen bajo, sabía perfectamente lo que iba a pasar a continuación.
Cerré mis ojos y noté un susurro de Armando en mi oído.
-Puedo...?~
Asentí y se corrió en mí, solté un jadeo alto al notar el frío de sus fluidos en mi interior.
No tardé en venirme yo también, manchando nuestros abdómenes de semen, pero Armando agarró con su índice cada resto de él y se lo llevó a la boca.
-Tienes un sabor muy bueno.~-me susurró produciendo que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.
Solté un último gemido al notar que salía de mi interior lentamente.
Cogió los bóxers de ambos para ponerme primero el mío y después ponerse el suyo propio.
Fue hacia nuestra taquilla y agarró nuestra ropa pqra acercarse a mí y comenzar a vestirme.
Se puso su propia ropa y me agarró por la cintura, haciendo que me abrace a la suya con mis piernas para no caer.
Caminó hacia afuera del local para llevarme hacia el coche y dejarme en los asientos de atrás.
Dejó un beso en mi frente y me miró.
-Descansa, yo conduzco hasta casa. Duerme un poquito. Voy a ir con cuidado, así que te puedes acostar sin problema.
Le sonreí un poco para cerrar mis ojos.
Se subió al asiento del conductor para conducir con mucha precaución hasta nuestra casa.
En seguida terminé durmiéndome abrazándome a mí mismo al no sentir su calor.



Armanway, tu media naranjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora